Un estilo para un público nuevo, en 'Jazz entre amigos'

De entre los desafortunados nombres que sirven para designar los estilos del jazz, ninguno tan desafortunado como el de fusión.El término es poco claro, porque, a decir verdad, el jazz no ha hecho en su historia otra cosa que fusionarse. Ya su nacimiento provino de la conjunción de muchas tradiciones musicales; después, o se fusionaría o lo fusionarían con bastantes más, desde el flamenco hasta la música seria de los Stravinski, Ravel o Leonard Bernstein.

Además, el término es tardío, ya que vino después de otros más descarados, como jazz-rock, a poner nombre...

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De entre los desafortunados nombres que sirven para designar los estilos del jazz, ninguno tan desafortunado como el de fusión.El término es poco claro, porque, a decir verdad, el jazz no ha hecho en su historia otra cosa que fusionarse. Ya su nacimiento provino de la conjunción de muchas tradiciones musicales; después, o se fusionaría o lo fusionarían con bastantes más, desde el flamenco hasta la música seria de los Stravinski, Ravel o Leonard Bernstein.

Además, el término es tardío, ya que vino después de otros más descarados, como jazz-rock, a poner nombre a la vinculación del jazz con las corrientes más comerciales de música juvenil que se impusieron en los años sesenta. A esas corrientes trató de aproximarse el jazz, tanto por motivos comerciales como por el propio interés que las nuevas músicas despertaban en los hombres del jazz.

Del rock tomó este jazz elementos importantes, como el ritmo y la instrumentación, plagada de guitarras, teclados electrónicos y percusiones restallantes, y también la fuerte amplificación y algunos re cursos escénicos que parecían in dispensables para seducir a los grandes auditorios juveniles, aun que a veces resultaban chocantes en algunos jazzmen quizá un tanto maduritos para andarse con túnicas y atavíos de colorines. Con todo, lo mejor que ha tenido la fusión o como quiera que se llame ha sido su capacidad para conectar con los públicos jóvenes, precisamente en unos momentos en los que el jazz ortodoxo se iba por caminos tal vez demasiado intelectuales.

El principal defecto del estilo, a cambio, ha sido su desmedida inclinación a la grandilocuencia: las obras de los fusionistas, por lo común, han tendido a llenarse de mensajes trascendentales y de títulos que hablan de cosmologías y gigantomaquias.

Es una tentación que el jazz sentía desde tiempos de Stan Kenton, pero nunca había caído tanto en ella.

Para ilustrar el asunto, el programa Jazz entre amigos presentará hoy -a las diez de la noche, por TVE-2- una espléndida selección de fusionistas: el violinista Jean Luc Ponty, los guitarras Pat Metheny y Lee Ritenour y los grupos Weather Report y Steps Ahead.

Jazz entre amigos se emite hoy a las 22 horas por TVE-2.

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