Cartas al director

El fútbol y el machismo,

Acabo de leer Cuando los hombres juegan, de Lidia Falcón (14-6-1985). En primer lugar, el fútbol no es el deporte nacional de Inglaterra: es el deporte de la clase obrera. Para la clase superior y la clase media los deportes son rugby y cricket. Los estadios de fútbol están situados en los barrios pobres o industriales de nuestras ciudades, y los que asisten a los partidos no son familias de un modo típico inglés, sino gente de la clase obrera o parada. La mayoría son jóvenes entre 15 y 25 años.Inglaterra es un país de class. En las Public Schools, que son privadas a pesar...

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Acabo de leer Cuando los hombres juegan, de Lidia Falcón (14-6-1985). En primer lugar, el fútbol no es el deporte nacional de Inglaterra: es el deporte de la clase obrera. Para la clase superior y la clase media los deportes son rugby y cricket. Los estadios de fútbol están situados en los barrios pobres o industriales de nuestras ciudades, y los que asisten a los partidos no son familias de un modo típico inglés, sino gente de la clase obrera o parada. La mayoría son jóvenes entre 15 y 25 años.Inglaterra es un país de class. En las Public Schools, que son privadas a pesar de su nombre, los estudiantes juegan rugby y cricket, pero nada de fútbol, siendo esto vulgar y proletario. En las Comprehensive Schools (institutos del Estado) juegan al fútbol. Un interés en fútbol significa no sólo una educación gratis, sino una antipatía a todos los que pertenecen a una clase privilegiada, a una clase que veranea en las Antillas y pasa los inviernos en Canarias. Un obrero al que le tocan las quinielas no cambia su vida, y no puede cambiar su clase. El dinero no cambia nada, y él siempre será proletario.

Después de la guerra casi todo el Gobierno laborista era de la clase superior, y aun hoy muchos miembros del partido socialista, como Tony Benn, son de la aristocracia inglesa.

La cerveza es otro símbolo de las clases inferiores. Las clases superiores prefieren vino o licor. El fútbol y cerveza han ido y siempre irán juntos. Es parte de la magia del juego. Un juego de cricket es otra cosa: es señorial, noble y aristocrático. Suele durar tres días, y los jugadores toman té en el pavilion. Todo respira un aire de serenidad y paz.

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Yo nunca he asistido a un partido de fútbol; ni la gente ni el ambiente de cerveza en latas va bien con mi educación en un colegio privado y privilegiado.-

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