El Chase Manhattan pagará 1.500 pesetas por acción a los accionistas minoritarios del Banco de Finanzas

El Chase Manhattan Bank pagará el 9% de las acciones del Banco de Finanzas en poder de accionistas privados minoritarios al 150%, con un valor de 1.500 pesetas por acción. El viernes pasado, a las 13.30, directivos del banco norteamericano y del grupo Fierro -accionistas mayoritarios del Finanzas- estamparon su firma al pie del documento de venta que confiere al Chase el control inicial del 9 1 % de las acciones del banco, en poder hasta ahora del grupo Fierro (47%), el Banco Central (19%) y el financiero saudí Eyad Kayali (25%).La venta del Banco de Finanzas supone el epílogo de los ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Chase Manhattan Bank pagará el 9% de las acciones del Banco de Finanzas en poder de accionistas privados minoritarios al 150%, con un valor de 1.500 pesetas por acción. El viernes pasado, a las 13.30, directivos del banco norteamericano y del grupo Fierro -accionistas mayoritarios del Finanzas- estamparon su firma al pie del documento de venta que confiere al Chase el control inicial del 9 1 % de las acciones del banco, en poder hasta ahora del grupo Fierro (47%), el Banco Central (19%) y el financiero saudí Eyad Kayali (25%).La venta del Banco de Finanzas supone el epílogo de los industriales banqueros españoles. El traspaso de poderes está previsto para el próximo día 20 de julio. A continuación, el Chase formulará la correspondiente OPA, destinada a dotarle del control del ciento por ciento del banco, que estará abierta hasta finales de septiembre.

El domingo pasado, 30 de junio, tuvo lugar la junta general de accionistas del Banco de Finanzas, que, reconociendo la dificil situación patrimonial de la entidad, acordó reducir su capital social a dos millones de pesetas, lo que equivale a decir que la acción del Finanzas vale una peseta (dos millones de acciones). Con el control total de la entidad, el banco norteamericano procederá a efectuar t ampliación de capital, realizada con una prima de emisión que servirá para limpiar el balance de algunos activos adicionales. El capital del nuevo banco, con su balance totalmente limpio, quedará establecido en 4.315 millones de pesetas.

Con ello el coste de la operación para el Chase se cifra en una cantidad próxima a los 6.000 millones de pesetas, dividida en la mencionada ampliación (4.315 millones), la prima de emisión (1.300 millones), la compra de las acciones a una peseta y la del 9% del paquete minoritario (unos 270 millones). En suma, unos 5.900 millones de pesetas que van al nuevo banco.

Limpieza de la cartera

La cartera de créditos del nuevo banco quedará reducida a unos 21.000 millones de pesetas, después de que los accionistas mayoritarios del Finanzas hayan borrado del balance del nuevo banco unos 7.250 millones de los casi 11.000 millones que el grupo Fierro tenía contraídos con empresas del grupo. En el activo del nuevo banco quedarán unos 1.250 millones de pesetas, correspondientes a créditos con empresas del grupo Fierro seleccionadas por el comprador, más otros 2.500 millones de pesetas concedidos a otras empresas del citado grupo, a tipo de interés del mercado, pero que contarán con el aval del Fondo de Garantía de Depósitos, que a su vez se contragarantiza con la hipoteca de determinados activos inmuebles del grupo vendedor, situados en Alcalá de Henares (instalaciones de la empresa Cointra) y Getafe (solares).Aunque el grueso del trasvase ya está efectuado, los vendedores disponen de plazo hasta el 20 de julio para limpiar el balance del Finanzas de los créditos restantes contraídos con el grupo, por el importe citado superior a los 7.000 millones de pesetas. Además el grupo vendedor debe hacerse con la cartera de valores del banco, estimada en unos 1.600 millones de pesetas. Son participaciones en empresas interesantes (Fosfórera Española; Cervantes, SA; Nerja, SA, etcétera) que el grupo Fierro ha vendido ya (hotel Villamagna, propiedad de Nerja, SA) o traspasado a su grupo de empresas, y que el comprador, el Chase Manhattan, no puede adquirir por impedírselo la regulación de la Reserva Federal, la autoridad bancaria estadounidense, que prohíbe a las instituciones bancarias mantener inversiones en corporaciones a través de participación accionarial. Al igual que el grupo Fierro, el Banco Central pierde su inversión en el Finanzas con esta operación. Existen razones para creer, por el contrario, que el financiero Kayali ha recibido una compensación, lejos de las importantes cifras que se han barajado.

El Chase pasa así a hacerse con un banco de tamaño y características ideales para los objetivos de la corporación estadounidense: un banco con seis oficinas, 145 personas en plantilla y unos costes de transformación muy bajos (1,80% del promedio de los activos, cuando algunos de los grandes bancos españoles rondan el 3%). Un banco con fama de bien gerenciado, característica del grupo de empresas Fierro, hasta que ocurrió el tropezón de Constructora Internacional con el coronel Gaddafi.

Los planes del grupo comprador, que optará por mantener la imagen del Chase con el rombo anexo, con la desaparición de la marca Finanzas, se dirigen en primera instancia a consolidar la compra, de forma que hasta la segunda mitad de 1986 procederá a la apertura de nuevas oficinas.

El Chase profundizará en su trayectoria de merchant bank o banco de negocios, para entrar después en la banca de particulares o banca al consumidor, con la oportuna oferta de servicios.

Archivado En