Reportaje:

El Banco Hispano Americano renuncia a la publicidad en televisión de su cuenta de ahorro

El Banco Hispano Americano ha cedido a las presiones realizadas por el resto de la gran banca y no hará publicidad en televisión de su libreta de ahorro que tiene una retribución del 7% para saldos superiores a las 100.000 pesetas. De hecho, incluso el saldo mínimo ha sido elevado de las 60.000 pesetas iniciales hasta las 100.000 como consecuencia de estas mismas presiones que no han terminado todavía. El Banco de España no intervendrá directamente en el convencimiento de que los grandes bancos llegarán a un acuerdo interno que solucione las tensiones existentes.

Las presiones que desde...

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El Banco Hispano Americano ha cedido a las presiones realizadas por el resto de la gran banca y no hará publicidad en televisión de su libreta de ahorro que tiene una retribución del 7% para saldos superiores a las 100.000 pesetas. De hecho, incluso el saldo mínimo ha sido elevado de las 60.000 pesetas iniciales hasta las 100.000 como consecuencia de estas mismas presiones que no han terminado todavía. El Banco de España no intervendrá directamente en el convencimiento de que los grandes bancos llegarán a un acuerdo interno que solucione las tensiones existentes.

Las presiones que desde hace unas semanas se han ejercido sobre el Banco Hispano Americano por parte del resto de los grandes bancos -Central, Banesto, Bilbao, Vizcaya, Santander y Popular- que han llegado a declaraciones públicas de los presidentes de los dos mayores, Alfonso Escámez y Pablo Garnica, han dado resultados. El Hispano no hará publicidad en televisión de su nuevo producto para captar depósitos ofreciendo un 7% de retribución para saldos superiores a las 100.000.La gran banca reaccionó de forma inmediata ante el anuncio de que el Banco Hispano quería llevar hasta los ahorradores medios las mismas posibilidades de retribución de sus depósitos de que gozan los grandes corporaciones industriales o los grandes capitales privados. Hubo grandes bancos que indicaron a las autoridades monetarias que si no se ponía freno a estas prácticas ellos no se sentirían obligados por las normas sobre retribución de depósitos y que empezarían a pagar a las cuentas corrientes a tipos de interés cercanos a los de mercado.

Los ahorradores medios no tenían, hasta hace unos meses, otra alternativa para obtener rentabilidades similares que colocar su dinero a plazo o adquirir activos monetarios directamente. Hace un año aproximadamente algunas instituciones bancarias extranjeras y La Caixa iniciaron un acercamiento a este tipo de ahorradores ofreciéndoles tipos de interés cercanos a la tasa de inflación garantizando en cualquier caso la liquidez de sus depósitos al aceptarse retiradas de fondos en cualquier momento y calculando los rendimientos diariamente.

El espectacular crecimiento de los depósitos captados por el grupo de La Caixa provocó la discusión en el seno de las cajas de ahorro sobre los límites de expansión geográfica de las entidades. Discusión que se ha cerrado sin acuerdo entre ellas, pero que no llegó a preocupar seriamente a la banca al considerar que eran clientes distintos. El anuncio de que el Hispano iba a hacer lo mismo encrespó los ánimos.

Elevar el saldo mínimo

Ya no se trataba de clientes distintos sino que se trataba de buscar nuevos depósitos que están en la actualidad en los bancos. Se trataba de una organización nacional, con 2.000 oficinas en todo el territorio, ofreciendo una producto claramente competitivo con las imposiciones a plazo, por su liquidez inmediata, y con las cuentas de ahorro por su elevado tipo de interés.

La estrategia del Hispano se centraba ó>n una amplia campaña de publicidad, con anuncios en televisión, y partiendo de un saldo medio de 60.000 pesetas. El resto de los grandes bancos han respondido de forma inmediata y con resultados apreciables. Esgrimieron como razón a su favor que se les había prácticamente exigido -ya no se habla de la solidaridad bancaria- que colaboraran en el segundo plan de saneamiento del Banco Urquijo-Unión con 15.000 millones porque el Hispano no podía hacer frente él solo y porque las autoridades monetarias se negaban a facilitar la mayor parte de los fondos necesarios. En otro caso las cuotas al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) se elevarían del 1 por 1.000 al 2 por 1.000 y se podría revisar el calendario de devolución de los adelantos del Banco de España al FGD, que superan el medio billón de pesetas.

Los banqueros se quejaban de que, en definitiva, ese dinero se iba a utilizar en hacerles la competencia. Algunos, que consideran que en numerosas ocasiones las ayudas recibidas para el reflotamiento de bancos se ha utilizado en ganar cuota de mercado del resto de las entidades pagando más por los depósitos captados o reduciendo los tipos de interés de los créditos, volvían a la carga hablando de la necesidad de condicionar las ayudas que se conceden. El fantasma de las decisiones unitarias volvía flotar en el ambiente.

Otra de las críticas que se hacía a esta fórmula de captar depósitos es el encarecimiento general del pasivo en unos momentos en los que la tónica general era forzar su baja, incluso renunciando a crecer en el balance con tal de mantener la rentabilidad. Los expertos del Banco Hispano Americano, que tiene el pasivo más caro de todas las grandes entidades y que ha sido una de las causas de sus problemas de rentabilidad, reconocen que esta fórmula encarecerá relativamente sus costes financieros.

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