Las tensiones surgidas en el accionariado del Grupo Piher retrasan de nuevo su reconversión

Los problemas aparecidos en el último mes en el accionariado del Grupo Piher, que pueden propiciar la dimisión de su presidente, Enrique García Romeu, han vuelto a bloquear la reconversión de este grupo. Industria seguirá congelando las ayudas en tanto el grupo de empresas no cumpla sus compromisos, que incluyen una importante ampliación de capital.

De acuerdo con el plan de viabilidad, Industria debería haber aportado a la empresa del grupo, Piher Semiconductores, 1.600 millones de pesetas en el año 1984. La negativa de los actuales socios mayoritarios, la familia Heredero, a perder el...

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Los problemas aparecidos en el último mes en el accionariado del Grupo Piher, que pueden propiciar la dimisión de su presidente, Enrique García Romeu, han vuelto a bloquear la reconversión de este grupo. Industria seguirá congelando las ayudas en tanto el grupo de empresas no cumpla sus compromisos, que incluyen una importante ampliación de capital.

De acuerdo con el plan de viabilidad, Industria debería haber aportado a la empresa del grupo, Piher Semiconductores, 1.600 millones de pesetas en el año 1984. La negativa de los actuales socios mayoritarios, la familia Heredero, a perder el control del Grupo Piher ha impedido concluir en esta semana, de acuerdo con las previsiones que tenía la Dirección General de Industrias de Electrónica e Informática, los acuerdos para su reconversión.El actual presidente del Grupo, Enrique García Romeu, estaba llevando a cabo negociaciones tanto con la Generalitat de Cataluña como con la Diputación Foral de Navarra para que aportaran fondos para reflotar el grupo. La aspiración de la Generalitat de entrar en el capital social no ha sido admitida por los accionistas mayoritarios, lo que ha bloqueado de momento la posibilidad de reconversión.

La aportación que se negociaba era la de 500 millones de pesetas, aunque se presumía que alguno de los dos contactados podría quedar fuera. Con esta aportación, se cumplía uno de los compromisos requeridos por Industria para empezar a hacer efectivas las ayudas oficiales. Según el plan de viabilidad inicial del Grupo Piher, la dirección de la sociedad se comprometía a llevar a cabo una ampliación de capital en Piher Semiconductores de 350 millones de pesetas como mínimo, mientras que para el resto del grupo dicha ampliación sería de unos 600 millones de pesetas.

La oposición de los socios mayoritarios a perder el control del grupo sería la causa que habría llevado a su actual presidente, fichado hace cuatro meses, Enrique García Romeu, a plantearse la continuidad en la empresa. Su predecesor, José Navío, se vió forzado a abandonar su cargo en el pasado mes de enero ante una postura del socio mayoritario similar. En aquella ocasión José Navío tenía prácticamente ultimados acuerdos con la Sociedad de Desarrollo Industrial de Navarra y con la Caja de Ahorros de Navarra para que entraran en el capital social del grupo.

Sobre la crisis de confianza abierta en la dirección del grupo de empresas Piher, fuentes gerenciales han afirmado que "no es bueno para el funcionamiento de la empresa que se produzcan ahora nuevos cambios y que no pueden quejarse de la gestión de José Enrique García Roméu, dado que el poco tiempo transcurrido desde la asunción de su cargo no es suficiente para poder sacar conclusiones".

Regulaciones de empleo

Piher SA, y Piher Navarra, empresas del grupo Piher, fabricantes de componentes electrónicos, han presentado sendos expedientes de regulación de empleo que afectan a 300 personas de la plantilla del total de 1.400 existentes en todas las factorías. Una tercera sociedad, Piher Semiconductores, tiene firmado un plan de viabilidad donde se prevé la suspensión temporal de contratos a 50 empleados durante dos años.La causa del "coyuntural bache" que está pasando el grupo es, según fuentes empresariales, "la caída de las exportaciones a Estados Unidos a causa de una regresión de la demanda en el mercado de ordenadores personales". Según esta misma fuente el 25% de la producción se dirige al mercado norteamericano. Para los comités de empresa de las factorías afectadas el expediente de regulación de empleo se considera "innecesario, entre otras razones por la cantidad de horas extras que se han hecho en las factorías durante la vigencia de otros expedientes de este tipo".

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