Pedro Delgado, primer líder con autoridad de la Vuelta

La Vuelta 85 comenzó a establecer las primeras diferencias tras la etapa de ayer, que finalizó en los lagos de Covadonga. Allí se impuso con autoridad el ciclista español Pedro Delgado (Orbea), que es el nuevo líder de la prueba, seguido de su compañero de equipo Ruiz Cabestany. El británico Robert Millar es tercero gracias a su segundo puesto en la etapa. Los ciclistas colombianos defraudaron, al igual que el irlandés Sean Kelly y el francés Eric Caritoux, anterior vencedor de la Vuelta.

A Delgado le obligaron a vestirse de amarillo. El hombre mejor pagado del ciclismo español no tenía...

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La Vuelta 85 comenzó a establecer las primeras diferencias tras la etapa de ayer, que finalizó en los lagos de Covadonga. Allí se impuso con autoridad el ciclista español Pedro Delgado (Orbea), que es el nuevo líder de la prueba, seguido de su compañero de equipo Ruiz Cabestany. El británico Robert Millar es tercero gracias a su segundo puesto en la etapa. Los ciclistas colombianos defraudaron, al igual que el irlandés Sean Kelly y el francés Eric Caritoux, anterior vencedor de la Vuelta.

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A Delgado le obligaron a vestirse de amarillo. El hombre mejor pagado del ciclismo español no tenía planificado nada de antemano, por la sencilla razón de que esta Vuelta se está disputando a la defensiva. Él sólo quería estar entre los primeros, en la selección final, para no perder tiempo y esperar acontecimientos. Pero en los Lagos de Covadonga fallaron todos, incluidos los colombianos, y a Perico no le quedó más remedio que entrar vencedor en la línea de meta. El triunfo se lo pusieron en bandeja.Antes de tomar la salida, en Oviedo, todo el mundo hablaba de los colombianos, mientras el joven Mikel Induráin firmaba sus últimos autógrafos como líder de esta Vuelta. Los desarrollos que iban a emplear los hombres del Varta eran la obsesión de ciclistas y periodistas. En los entrenamientos habían ascendido a los Lagos con un piñón del 21, lo que era calificado por algunos de auténtica locura. Al final utilizaron un 23 y no pudieron con él. Colombia, que se despertó con ciclismo -la etapa fue transmitida en directo para el país suramericano- vivió un día de decepción, como decepcionados estaban los vociferantes locutores de Radio Caracol y Radio Nacional de Colombia. Por el contrario, para el ciclismo español fue una gran jornada.

La carrera no se rompió hasta las primeras rampas de los Lagos de Covadonga. Todo el mundo quería estar fresco para el final y por eso Laguía, que aspira al premio de la montaña, no tuvo dificultades para puntuar en los primeros puertos, con los que ya no pudieron el estadounidense Mortimer y el francés Lecrocq, que se retiraban. El Mirador del Fito, puerto de primera categoría, tampoco sirvió para nada, o mejor dicho, para dejar entrever que la amenaza colombiana era sólo ficticia.

Samuel Cabrera, uno de los ocho escaladores que se ha traído a la Vuelta el equipo colombiano, intentó coronarlo en primera posición, pero no pudo con sus fuertes rampas y, además, tuvo la desgracia de pinchar. De esta circunstancia se aprovechó Laguía, que sumó más puntos, consciente de que "no iba a ser primero en los Lagos de Covadonga porque no ando muy fino".

El descenso vertiginoso del Mirador del Fito sirvió para el reagrupamiento de algunos hombres que se habían rezagado en la ascensión. No obstante, al paso por Cangas de Onís los 160 ciclistas que todavía estaban en carrera lo hicieron divididos en tres grupos. En el primero figuraban todos los favoritos.

'Hachazo' de Herrera

Lucho Herrera, que según los colombianos ha venido a rodarse para el Tour de Francia, fue el primero que intentó probar fortuna. Demarró con fuerza y estilo, pero desistió al ver que Pedro Muñoz se pegaba a su rueda. El hachazo de Herrera sirvió para dejar descolgados a hombres importantes.

Con Caritoux y Kelly, alejados de los puestos de cabeza y sufriendo lo indecible, parecía que, sólo cuatro ciclistas tenían opción. El británico Robert Millar, del Peugeot, encabezaba el grupo en el que también estaban Pedro Muñoz, Álvaro Pino y el colombiano del Zor, Pacho Rodríguez. Pero a corta distancia ascendían, sin excesivos problemas, los dos hombres fuertes del Orbea, Pedro Delgado y Pello Ruíz Cabestany, que no tardaron en establecer contacto con los fugados.

Delgado se veía con fuerzas, pero no quería probar fortuna. Un año antes, en ese mismo lugar, perdió el liderato en beneficio de Eric Caritoux. Por eso actuó con esa frialdad propia de los campeones. Sólo cuando se dio cuenta que sus compañeros estaban maduros, apretó el acelerador y se fue con tranquilidad. Faltaba poco más de un kilómetro para la línea de meta y había demasiado plomo en las piernas de sus rivales.

Su victoria fue espectacular, de las que impresionan. "Al fin, he conseguido lo que anhelaba, un triunfo en una etapa como ésta", decía el nuevo líder de la Vuelta. Perico es consciente de que "la carrera acaba de iniciarse", y por esta circunstancia no se mostró excesivamente eufórico. Es más, tuvo palabras de agradecimiento para su compañero de equipo, Ruíz Cabestany, porque "su presencia me ha dado confianza. Sin él quizá no hubiera atacado". Para Delgado comienza, a partir de ahora, lo más difícil: mantenerse en ese puesto de privilegio. Ahora es el rival a batir por todos. Pero algunos ni siquiera podrán intentarlo, a la vista de cómo han respondido ante la primera dificultad seria.

El irlandés Sean Kelly, uno de los máximos favoritos, demostró ayer que no digiere la montaña. Su compañero de equipo, Caritoux, también perdió excesivo tiempo. Otro de los aspirantes, Pedro Muñoz, recibió un duro golpe, pero puede recuperarse. De momento, no hay nada decidido, pero las tácticas tendrán que variar. Ya nadie podrá nadar y guardar la ropa, salvo Delgado.

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