Fase clasificatoria del Mundial de México de 1986

El lugar de los hechos

La elección del Race Course Ground de Wrexham ha creado una gran polémica. Polémica, claro, por parte española, pues Mike England, seleccionador galés, asegura que es un campo perfecto "donde los aficionados animan sin descanso de principio a fin. Igual que el público de Sevilla". Muñoz cree que el campo ha sido elegido por algo "pues éstos no se chupan el dedo. Habrá que ir con cautela".Lo cierto es que éste es un estadio con solera, pues no hay que olvidar que fue en Wrexham donde, en enero de 1876, un grupo de entusiastas galeses se reunieron en el Wynnstay Arms Hotel para discutir la posib...

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La elección del Race Course Ground de Wrexham ha creado una gran polémica. Polémica, claro, por parte española, pues Mike England, seleccionador galés, asegura que es un campo perfecto "donde los aficionados animan sin descanso de principio a fin. Igual que el público de Sevilla". Muñoz cree que el campo ha sido elegido por algo "pues éstos no se chupan el dedo. Habrá que ir con cautela".Lo cierto es que éste es un estadio con solera, pues no hay que olvidar que fue en Wrexham donde, en enero de 1876, un grupo de entusiastas galeses se reunieron en el Wynnstay Arms Hotel para discutir la posibilidad de organizar un encuentro internacional de fútbol contra Escocia. Fue en esa reunión donde se decidió constituir la Football Association of Wales.

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Es un típico estadio británico a la vieja usanza, con 28.500 espectadores muy encima del terreno de juego, pero con detalles muy caseros y propios de un club de Cuarta División -que es donde milita el conjunto local- como ése de la señora que aparece en la tribuna de prensa durante el descanso con una enorme tetera metálica para ir repartiendo el más británico de los refrescos. England reconoce que para este encuentro prefiere este estadio que el tradicional de Cardiff con 40.000 espectadores. Todo parece indicar que el próximo País de Gales-Escocia se jugará en Cardiff, donde puede lograrse una mayor recaudación. Y es que los escoceses no son tan impresionables como los españoles. Aquellos están acostumbrados a todo.

La federación galesa ha conseguido una excelente recaudación, por encima de los 61 millones de pesetas, ya que las entradas costaban 10 libras esterlinas (2.170 pesetas). Para los aficionados una barbaridad, pues un partido del campeonato inglés cuesta, corno término medio, cuatro libras (868 pesetas).

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