La desmilitarización de la Policia Nacional, centro de la polémica

El encierro de 300 policías pertenecientes a la 31 Compañía de la Policía Nacional de León en demanda de la destitución del capitán de Infantería Francisco Javier Álvarez, que ejercía el mando de esa unidad, ha sido la chispa desencadenante de la crisis más grave abierta en el seno de este cuerpo de la seguridad del Estado desde la llegada de los socialistas al Gobierno, que culminó anoche con la destitución de siete mandos policiales y la disolución de la compañía que hizo la protesta.Los incidentes de León se circunscribieron en principio a la protesta de toda una compañía contra el capitán ...

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El encierro de 300 policías pertenecientes a la 31 Compañía de la Policía Nacional de León en demanda de la destitución del capitán de Infantería Francisco Javier Álvarez, que ejercía el mando de esa unidad, ha sido la chispa desencadenante de la crisis más grave abierta en el seno de este cuerpo de la seguridad del Estado desde la llegada de los socialistas al Gobierno, que culminó anoche con la destitución de siete mandos policiales y la disolución de la compañía que hizo la protesta.Los incidentes de León se circunscribieron en principio a la protesta de toda una compañía contra el capitán que la mandaba, a quien ,denunciaban por su "actitud vejatoria y coaccionadora, absolutamente intolerable, hacia sus subordinados". El Ministerio del Interior, que conocía desde hacía tiempo la tensa situación reinante en esta compañía, resolvió en 24 horas la cuestión, forzando la dimisión del capitán Francisco Javier Álvarez y su reintegración al Ejército.

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Pero el encierro de León provocó una reacción unánime y en cadena contra la militarización del cuerpo de todos los sindicatos integrados por miembros de la Policía Nacional, desde el mayoritario Sindicato Unificado de Policía (SUP) a los minoritarios Sindicato Profesional de la Policía Uniformada (SPPU) y a la recientemente creada Asociación Profesional Independiente de la Policía (ASIP). La oposición a la militarización pasó a ser el eje de esta polémica, centrada en principio en la forma de ejercer el mando por el capitán Álvarez.

El SUP se refirió a esta cuestión en términos de gran crudeza y denunció una "escalada militarista", propiciada por un bunker existente, "especialmente en la cúpula de mando del cuerpo, opuesta a la desmilitarización de la Policía Nacional y a su unificación con el Cuerpo Superior de Policía". Por su parte, el SPPU solicitó la destitución del inspector general de la Policía Nacional, Félix Alcalá Galiano, y de otros altos mandos militares del cuerpo, entre ellos el teniente coronel David Cervera.

Las críticas sindicales y la destitución del capitán Álvarez provocaron una reacción de fuerte malestar en el alto mando de la Policía Nacional, cuyo primer episodio notorio fue el anuncio efectuado el lunes pasado de que el teniente coronel Cervera decidía abandonar la jefatura del Estado Mayor de este cuerpo pata reintegrarse al Ejército. Fuentes allegadas al dimisionario -destituido ayer tras la reunión del ministro del Interior con lós máximos responsables de la Policía Nacional- denunciaron la "falta de autoridad" de Barrionuevo para atajar lo que ellos calificaban como una campaña de injurias contra los mandos militares destinados en la Policía Nacional.

Interior decidió ayer tomar medidas contra los protagonistas del encierro y a la vez contra siete mandos de distintas unidades de la Policía Nacional, en lo que parece un intento de forzar una solución salomónica.

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Los sindicatos centran su demanda en lograr una desmilitarización efectiva de la Policía Nacional y en la unificación con el Cuerpo Superior de Policía, y recuerdan que se trata de una exigencia contemplada en la Constitución y recogida en el programa electoral de los socialistas.

El Gobierno se planteó en un primer momento la conveniencia de incluir entre las leyes prioritarias de está legislatura la ley orgánica de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. Sin embargo, hace aproximadamente un año decidió posponer esta empresa ante la conflictiva situación interna en el ministerio y la creencia de que no era conveniente abrir un nuevo frente de protestas. Se anunció la renuncia a una reforma profunda y global para efectuar una reforma progresiva mediante decretos leyes, que de momento -no se ha producido, salvo la atribución -por decreto de abril de 1984- de plenas competencias en materia de seguridad ciudadana a la Policía Nacional.

Este decreto ha sido criticado tanto por el SUP como por los sindicatos del Cuerpo Superior de Policía, ya que por ahora sólo ha llevado a una mayor militarización del orden público, al retirar estas competencias a los policías de paisano y dejarlas en manos de un cuerpo mandado por militares. Actualmente, según la última escalilla distribuida por la Inspección de la Policía Nacional proceden del Ejército 1 general, 14 coronoles, 33 tenientes coroneles, 91 comandantes, 1.19 capitanes, 70 tenientes, 9 alféreces y 19 suboficiales especialistas.-

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