Cartas al director

El comunismo de Carrillo

Con su ciega pretensión de recuperar el protagonismo del partido, el señor Carrillo no duda en romper el PCE.Desde una perspectiva rígida e intransigente de marxismo, con su manera caduca y trasnochada de entender el comunismo, el señor Carrillo aún insiste en alzarse como bandera en una época que nada tiene que ver con la suya.

Gerardo, en cambio, propone una participación de todos los sectores progresistas de este país para dar alternativa al actual Gobierno de derechas. Lógico: cuatro años más de PSOE podría significar la condena al inmovilismo perpetuo. Podría significar que hemos t...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Con su ciega pretensión de recuperar el protagonismo del partido, el señor Carrillo no duda en romper el PCE.Desde una perspectiva rígida e intransigente de marxismo, con su manera caduca y trasnochada de entender el comunismo, el señor Carrillo aún insiste en alzarse como bandera en una época que nada tiene que ver con la suya.

Gerardo, en cambio, propone una participación de todos los sectores progresistas de este país para dar alternativa al actual Gobierno de derechas. Lógico: cuatro años más de PSOE podría significar la condena al inmovilismo perpetuo. Podría significar que hemos tocado techo en cuanto a las posibilidades progresistas. Podría significar que no hay más leña que la que arde; que lo máximo a lo que podemos aspirar es a la expectativa de un socialismo frustrante. En definitiva, creo que este país no se merece esto; se merece una oportunidad. Cuatro años más de PSOE podría ser amuermante.

Pero esto al señor Carrillo no le importa. Para él, su vanidad es mucho más importante que cualquier proyecto de utopía.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Este señor prefiere un comunismo muerto a un comunismo que no esté presidido por su ego.-

Archivado En