Cartas al director

El ingreso de Demetrio Madrid en el PSOE

Como quiera que soy un testigo de excepción, puesto que yo constituí la agrupación del PSOE y la UGT zamoranos en el año 1975, no puedo ni debo pasar por alto ese cíníco autobombo con el que públicamente -y sin el menor sonrojo se manifiestan ciertos jefes del PSOE. No es verdad que el hoy presidente de Castilla y León está afiliado al PSOE desde el año 1970. Otras bien distintas eran sus inquietudes a la sazón, contrariamente a lo que afirma con pluma de F. Jáuregui en EL PAÍS de 4 de marzo de 1985. El señor Demetrio y su camarilla (cuatro ex curas y cuatro ex falangistas; de aquéllos ...

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Como quiera que soy un testigo de excepción, puesto que yo constituí la agrupación del PSOE y la UGT zamoranos en el año 1975, no puedo ni debo pasar por alto ese cíníco autobombo con el que públicamente -y sin el menor sonrojo se manifiestan ciertos jefes del PSOE. No es verdad que el hoy presidente de Castilla y León está afiliado al PSOE desde el año 1970. Otras bien distintas eran sus inquietudes a la sazón, contrariamente a lo que afirma con pluma de F. Jáuregui en EL PAÍS de 4 de marzo de 1985. El señor Demetrio y su camarilla (cuatro ex curas y cuatro ex falangistas; de aquéllos más vale no hablar; de éstos, uno profesor de Formación del Espíritu Nacional y otro lacayo y celestina en la Granja Florencia, de triste recuerdo del franquismo) ingresaron en el partido -debidamente camuflados y sospechosamente avalados- el año 1975. El día y la hora figuran en el acta firmada.A la vista del congreso de Castilla y León -tanto o más pesebrero que los precedentes- bien está que las meretrices traten de engañar al ordenador, que se aumenten años de afiliación, que se adjudiquen hechos que realizaron otras personas o que los cargos se los lleven quienes tienen mejores caninos -las ponencias han caído en desuso-, a fin de cuentas el mordisco, la zancadilla o el engaño ya forman parte de los usos y costumbres y la cultura del criptovaticanismo, pero no es de recibo que mienta un cargo público y que engañe al votante. Este tiene derecho a saber dónde empieza la falsedad y termina la honradez y viceversa de sus representantes. Ante el engaño, ningún hombre público debe gozar de impunidad y menos cuando se ha orquestado hasta la saciedad el lema cien años de honradez.- . Secretario de organización del PASOC. .

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