UGT pide que los altos cargos socialistas se afilien al sindicato y paguen sus cuotas

La federación de banca, ahorro, seguros y oficinas de UGT ha solicitado formalmente a la ejecutiva del PSOE que obligue a los altos cargos de la Administración, afiliados al partido socialista, que, como es preceptivo, se den de alta en UGT y paguen las cuotas. La mayoría de los ministros tiene abandonadas sus obligaciones con la central socialista, y en algún caso han sido dados de baja en la organización por no pagar. En otros casos ni siquiera constan como afiliados a UGT. Recientemente, el presidente del Gobierno pidió que le pusieran al tanto de sus cuotas sindicales.

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La federación de banca, ahorro, seguros y oficinas de UGT ha solicitado formalmente a la ejecutiva del PSOE que obligue a los altos cargos de la Administración, afiliados al partido socialista, que, como es preceptivo, se den de alta en UGT y paguen las cuotas. La mayoría de los ministros tiene abandonadas sus obligaciones con la central socialista, y en algún caso han sido dados de baja en la organización por no pagar. En otros casos ni siquiera constan como afiliados a UGT. Recientemente, el presidente del Gobierno pidió que le pusieran al tanto de sus cuotas sindicales.

El presidente del Gobierno, Felipe González, pidió hace unas semanas que se le pusiera al corriente en la cotización del sindicato. Es de los pocos que tienen al día sus obligaciones con el sindicato socialista.La mayor parte de los altos cargos de la Administración no paga las cuotas ni se siente tampoco demasiado obligada con las instrucciones y las recomendaciones de la UGT. Y ello a pesar de que, según los estatutos, un militante del PSOE ha de estar afiliado obligatoriamente al sindicato hermano.

La situación ha adquirido tal carácter de pasotismo respecto al sindicato que Justo Fernández, en nombre de la federación de banca, ahorro, seguros y oficinas, posiblemente la más afectada por el abandono de los altos cargos, ha pedido formalmente que el PSOE haga un llamamiento a sus militantes, hoy en cargos de responsabilidad en la Administración, para que se pongan al día en sus obligaciones sindicales.

La federación de los ministros

Carmen García Bloise prometió que trasladaría esta solicitud y sería tratada con toda seriedad en una próxima reunión de la ejecutiva socialista.La federación de banca agrupa a numerosos ministros, altos cargos e incluso sindicalistas. Y ha sido la única que hasta ahora se ha dirigido al PSOE exigiendo que se cumplan los estatutos del partido. En banca -que agrupa también a oficinas y despachos- deberían estar afiliados ministros como Miguel Boyer (Economía y Hacienda) o Carlos Solchaga (Industria y Energía). Sin embargo, según esta federación, ninguno de los dos figura como afiliado.

Boyer, asesor

De Miguel Boyer se asegura que en tiempos debió de estar militando en UGT, y se recuerda que fue él precisamente quien asesoró a la federación del metal en las primeras negociaciones sobre Ensidesa. Luego su distanciamiento fue agudizándose y en la federación de banca dicen que nadie recuerda cuándo fue la última vez que pagó.La resistencia a la afiliación sindical no debe ser, sin embargo, de dinero -la cuota media en UGT está por debajo de las 300 pesetas mensuales-, sino de pasotismo y de lo que algunos sindicalistas llaman "estilos de nuevo rico que olvida sus orígenes de pobre sindicalista". Al sindicato, por el contrario, le interesa tenerles como militantes entre sus filas con el fin de poder tener un contacto más directo con las áreas de decisión.

Según datos de la federación de banca y oficinas, en este sindicato tenían que militar, entre otros, Felipe González, Miguel Boyer, Carlos Solchaga, Enrique Barón (titular de Transportes, Turismo y Comunicaciones), Joaquín Almunia (Trabajo y Seguridad Social), Ernest Lluch (Sanidad y Consumo), y Javier Moscoso (Presidencia). Son profesionales que han tenido su despacho de abogado o han pertenecido a los servicios de estudios de entidades financieras.

Barón cumple

De todos ellos, el que es seguro que está al tanto de sus obligaciones es Enrique Barón. Del resto se sabe que no aparecen por el sindicato y que tienen muy dudosa su afiliación.Prácticamente todos -entre ellos, el ministro de Trabajo, que fue asesor de UGT-, si se aplicara estrictamente el reglamento de la central socialista, estarían fuera del sindicato o, cuando menos, tendrían suspendida la relación con el mismo.

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