La catástrofe aérea de Bilbao

El comandante del avión descendió demasiado "por exceso de confianza", según los investigadores

El comandante del Boeing que se estrelló el martes cerca de Bilbao hizo descender el avión por debajo de los límites de seguridad "por exceso de confianza", ya que hasta el momento del impacto, que se produjo entre nubes, había observado que volaba a gran altura sobre el suelo, según la hipótesis más probable sobre la causa del accidente manejada por técnicos de la comisión investigadora. Fuentes de Aviación Civil señalaron que, tras escuchar los últimos 15 minutos de la caja negra del avión, se descarta que el accidente se debiera a excesivas turbulencias en la zona o a un atentado terrorista...

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El comandante del Boeing que se estrelló el martes cerca de Bilbao hizo descender el avión por debajo de los límites de seguridad "por exceso de confianza", ya que hasta el momento del impacto, que se produjo entre nubes, había observado que volaba a gran altura sobre el suelo, según la hipótesis más probable sobre la causa del accidente manejada por técnicos de la comisión investigadora. Fuentes de Aviación Civil señalaron que, tras escuchar los últimos 15 minutos de la caja negra del avión, se descarta que el accidente se debiera a excesivas turbulencias en la zona o a un atentado terrorista.

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Según personas que han conocido el contenido de la grabación de la caja negra, en los últimos 15 minutos -los únicos escuchados hasta ahora- no se percibe ninguna anomalía a bordo. En los últimos cinco minutos, que han sido escuchados por varias personas y en repetidas ocasiones para intercambiar opiniones -la calidad de la grabación no es nítida en estos casos porque se oyen ecos y ruidos de diverso tipo-, las conversaciones entre el comandante, José Luis Patiño, y el primer oficial o copiloto, Emilio López-Peña, son muy breves y referidas solamente a aspectos técnicos del vuelo. En la mayor parte de esos minutos no se produjo conversación alguna y, por tanto, hay grandes espacios de silencio.En medio de uno de esos silencios se escucha de pronto el fuerte golpe del avión contra la ante na de Euskal Telebista -concretamente con el ala izquierda, según las conclusiones provisionales-, pero la cinta de la caja negra siguió grabando durante seis segundos más. En estos seis segundos se escuchan tres cortas frases o gritos de angustia, uno de los cuales es "Dios mío, Dios mío", o "Dios, Dios" -no se distingue con absoluta certeza- y los otros dos son palabras "dichas en un tono de quien tiene la seguridad de que ya no hay salvación". Las palabras fueron pronuncidas por el comandante y el copiloto. También se escuchan fuertes golpes, que deben ser los primeros impactos del avión contra los árboles del monte Oiz.

La cinta dejó de funcionar cuando todavía se estaban pronunciando las citadas palabras, por lo que los expertos estiman que en ese momento se cortó el fluido eléctrico del aparato, aunque "es casi seguro que muchos ocupantes del avión continuaron con vida durante cuatro o cinco segundos más", hasta que se produjo el definitivo choque del techo del aparato, ya que capotó o volcó, contra la ladera del monte. Desde que tocó la antena hasta que rozó los primeros árboles, el avión continuó volando, totalmente descontrolado, a lo largo de unos 1.200 metros.

De la grabación recogida en la caja negra también se desprende siempre provisionalmente, que el avión lo estaba manejando en el momento del suceso el propio comandante de la aeronave y que éste creyó en todo momento que volaba correctamente.

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¿Por qué voló tan bajo?

En la grabación también se escuchan varias bocinas o pitidos, pero aún no ha sido identificada su procedencia, por lo que no se sabe si sonó el pitido del altitude alert, que funciona automáticamente en cuanto se baja de la al titud mínima de seguridad. Dado que los altímetros y otras piezas vitales del avión denotan que la tripulación los utilizó correctamente -la presión barométrica, que era de 1.025 milibares, y la altitud mínima de seguridad, de 4.354 pies-, los miembros de la comisión investigadora dicen que la pregunta clave es "¿por qué volaba tan bajo?", y centran sus trabajos en averiguar por qué Patiño no respetó la altitud mínima fijada para la zona.A no ser que el altímetro funcionara mal -extremo poco probable, según los técnicos-, la hipótesis más probable mantenida ahora entre los investigadoras es la siguiente:

Si el piloto hubiera respetado estrictamente la carta de aproximación a Bilbao, habría dejado el monte Oiz a su izquierda. Pero si inició el giro de 180 grados, necesario para enfilar la pista, 30 segundos antes, el avión fue directamente hacia el monte, que hubiera sobrevolado a 293 metros de haber respetado la altitud mínima de seguridad. Sin embargo, esa zona estaba parcialmente cubierta de nubes. Cada vez que el avión salía de una nube, el comandante podía ver que, estaba volando a gran distancia del suelo, "por lo que pudo confiarse y comenzó a bajar". La mitad del monte Oiz estaba también cubierta por una nube, por lo que el comandante, según esta "hipótesis más probable", no lo vio. "El rumbo y la localización, aunque ligeramente desplazada, eran correctos, pero no la altitud", precisan. Quienes mantienen esta teoría, que son la gran mayoría de los expertos y técnicos consultados, señalan que el comandante, como ya veía el suelo casi continuamente, optó por hacer una aproximación visual, "haciendo ya muy poco caso a los datos que le señalaba el altímetro".

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