La catástrofe aérea de Bilbao

Faltan relojes y 4 metros de antena

Los investigadores del accidente del Alhambra de Granada se encontraron en el monte Oiz con algunas desagradables sorpresas. En las horas siguientes a un accidente aéreo, la principal misión de los investigadores es recoger piezas fundamentales del avión, como el altímetro, y anotar el lugar exacto donde quedan las partes de la aeronave para reconstruir su caída. Tras el accidente del Boeing, algún participante en el rescate fue sorprendido con piezas fundamentales en sus manos, con el problema de que el solo hecho de levantarlas del suelo pudo variar cifras de los registros.Pero tambié...

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Los investigadores del accidente del Alhambra de Granada se encontraron en el monte Oiz con algunas desagradables sorpresas. En las horas siguientes a un accidente aéreo, la principal misión de los investigadores es recoger piezas fundamentales del avión, como el altímetro, y anotar el lugar exacto donde quedan las partes de la aeronave para reconstruir su caída. Tras el accidente del Boeing, algún participante en el rescate fue sorprendido con piezas fundamentales en sus manos, con el problema de que el solo hecho de levantarlas del suelo pudo variar cifras de los registros.Pero también han faltado numerosos objetos personales que portaban los viajeros. Se estima que, de 148 personas que viajaban en el aparato, al menos 145 llevaban reloj. Con la experiencia acumulada en accidentes de este tipo, se calcula que debían haberse recuperado entre 70 y 80 relojes, pero, según la Guardia Civil, sólo se han entregado "unos pocos".

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Al margen de estas pérdidas, se ha comprobado que "faltan cuatro metros de la antena de televisión", que tenía 54 metros. La torre quedó cortada a la altura del metro 35º, pero, en lugar de los 19 metros restantes, sólo han sido encontrados 15, hecho que hace suponer que el avión, al chocar con la antena, arrastró en su caída una pieza de cuatro metros de longitud.

La ladera del monte Oiz por la que cayó el aparato ha sido dividida longitudinalmente en cuatro áreas y en cada una de esas zonas trabaja un equipo investigador en la recogida de datos sobre los restos. Esta comisión oficial tiene como principal objetivo evitar que se produzcan accidentes y está presidida por el subdirector de Control de Transporte Aéreo; forman parte de ella 13 expertos de la Administración, si bien, cuando se produce un accidente, se suman a la misma pilotos, controladores y técnicos de la constructora del avión y de la compañía propietaria.

Las cajas negras del avión accidentado suelen quedar, como en el caso del Alhambra de Granada, en depósito de la comisión. Tras analizar el voice recorder o grabadora de conversaciones, la comisión estudiará el flight recorder (registrador de vuelo), que en el caso del 727 registra la velocidad, aceleración vertical, rumbo, altitud, tiempo y comunicaciones que se producen durante el vuelo.

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