Crítica:El cine en la pequeña pantalla

Las palabras y las cosas

Para un debate titulado Lo que va de ayer a hoy, la elección de Informe general, de Pere Portabella, película nunca estrenada comercialmente, parece sumamente acertada. La película es una crónica apresurada del ayer hecha desde un hoy que sólo piensa en el futuro.Es un momento de partidos clandestinos pero tolerados, reciente aún el fallecimiento del general Franco, también vigentes aún las utopías de la izquierda, los sueños y convicciones que el pragmatismo y el poder arrinconarán.

La distancia que va entre el ayer y el hoy es mayor o menor según a qué se refiera....

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Para un debate titulado Lo que va de ayer a hoy, la elección de Informe general, de Pere Portabella, película nunca estrenada comercialmente, parece sumamente acertada. La película es una crónica apresurada del ayer hecha desde un hoy que sólo piensa en el futuro.Es un momento de partidos clandestinos pero tolerados, reciente aún el fallecimiento del general Franco, también vigentes aún las utopías de la izquierda, los sueños y convicciones que el pragmatismo y el poder arrinconarán.

La distancia que va entre el ayer y el hoy es mayor o menor según a qué se refiera. A veces, los discursos, las palabras, pueden seguir siendo las mismas, pero su significado es otro.

Ni Ruiz-Gimémez, ni Carrillo, ni Eugenio del Río son secretarios generales o presidentes de sus partidos, en el caso de que éstos aún sobrevivan. Las cosas han cambiado, qué duda cabe, pero la valoración de esas transformaciones es lo que se discute.

Los cambios

Para unos, casi todo ha ido a mejor; para otros, el fin del milenio se aproxima a pasos agigantados; para unos terceros, también numerosos, los cambios demasiadas veces sólo han sido formales y no sustanciales.Lo que indudablemente sí es distinto es la situación de las personas. De la famosa chaqueta de pana a las sienes plateadas y los trajes cruzados, hay un abismo mucho más profundo que el que separa la moda progre de los sesenta de un new look de ejecutivo.

El lenguaje del poder ha invadido a muchos de los personajes que aparecen en el filme de Portabella, proclamándose entonces rupturistas convencidos y conviviendo hoy con aquel pasado que se quería desmantelar.

Son las personas las que se han plegado a una realidad tozuda que se especializa en derrotar ideales.

El filme de Portabella -que contó aquí con una importantísima ayuda de Carles Santos- es especialmente divertido en todo cuanto se refiere a la elección de decorados.

Así, mientras el representante del Movimiento Comunista aparece en una azotea que pronostica su futuro grupuscular y extraparlamentario, el socialista José Prat pasea por un jardín otoñal y el comunista Santiago Carrillo se refugia en un chalé con estructura de ojo divino desde el que pontifica.

Además, la película de Pere Portabella incluye una visita muy aleccionadora al palacio de El Pardo, convertido por obra y gracia del cineasta y su músico en un auténtico museo de los horrores. Informe general se emite hoy a las 19.30 por TVE-2 dentro del programa 'La clave'.

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