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Carlota Bustelo,

directora del Instituto de la Mujer, ha sido víctima de un tirón de bolso en La Habana, que, por aquello de que no hay mal que por bien no venga, casi le ha puesto en casa, y nada menos que de la mano de Fidel Castro. Al enterarse el jefe de Estado de Cuba de que la visitante había sido atacada por una costumbre de la que al parecer no se libra ni siquiera un país socialista, quiso reparar el daño personalmente, enviando a Bustelo un espléndido bolso de cocodrilo, un collar de carey, un cenicero de ónix y media docenas de vasos, o sea, un pequeño ajuar para iniciar una segunda vida. Los...

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directora del Instituto de la Mujer, ha sido víctima de un tirón de bolso en La Habana, que, por aquello de que no hay mal que por bien no venga, casi le ha puesto en casa, y nada menos que de la mano de Fidel Castro. Al enterarse el jefe de Estado de Cuba de que la visitante había sido atacada por una costumbre de la que al parecer no se libra ni siquiera un país socialista, quiso reparar el daño personalmente, enviando a Bustelo un espléndido bolso de cocodrilo, un collar de carey, un cenicero de ónix y media docenas de vasos, o sea, un pequeño ajuar para iniciar una segunda vida. Los vasos y el cenicero le serán muy útiles para no aburrirse mientras espera que las autoridades traten de devolverle el carné de identidad y el pasaporte que guardaba en el bolso anterior.

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