La policía disuelve en San Sebastián una manifestación contra las extradiciones

Efectivos antidisturbios de la Policía Nacional disolvieron ayer tarde en San Sebastián a grupos de manifestantes, convocados por las gestoras proamnistía, que protestaban ante la eventual extradición a España del presunto activista de ETA Militar, actualmente encarcelado en Costa Rica, Gregorio Jiménez. La abultada presencia policial en el bulevar donostiarra, lugar de la convocatoria, y en otros puntos de la ciudad impidió la concentración de los manifestantes, pero no evitó que algunos grupos se manifestaran a las 17.30 horas en las calles adyacentes de la parte vieja e incluso en el mi...

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Efectivos antidisturbios de la Policía Nacional disolvieron ayer tarde en San Sebastián a grupos de manifestantes, convocados por las gestoras proamnistía, que protestaban ante la eventual extradición a España del presunto activista de ETA Militar, actualmente encarcelado en Costa Rica, Gregorio Jiménez. La abultada presencia policial en el bulevar donostiarra, lugar de la convocatoria, y en otros puntos de la ciudad impidió la concentración de los manifestantes, pero no evitó que algunos grupos se manifestaran a las 17.30 horas en las calles adyacentes de la parte vieja e incluso en el mismo bulevar.

Medio centenar de personas se manifestaron durante 15 minutos en el reducido espacio permitido por dos cordones policiales con gritos de "extradiziorik ez" ("extradiciones, no") y "gora ETA Militarra y libertad de expresión" antes de ser disueltas. Un mando de los antidisturbios deslizó un bote de humo entre las piernas de los manifestantes y a continuación se sucedieron los disparos de pelotas de goma y los porrazos.

Algunos de los manifestantes disueltos se refugiaron en la parte vieja, reforzando a los grupos que arrojaban monedas y otros objetos más contundentes a la policía, vitoreaban a ETA e insultaban al PSOE. El resto, dos decenas de personas, se enzarzó en discusiones de contenidos políticos y morales con algunos de los elementos de las fuerzas antidisturbios y, finalmente, abandonaron la zona. Antes de cargar contra los manifestantes, la policía anunció repetidamente, a través de un megáfono, su decisión de disolver la manifestación, expresamente prohibida por el Gobierno civil.

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