Alarma ante la posibilidad de lluvias torrenciales en la costa mediterránea provocadas por una 'gota fría'
El Instituto Nacional de Meteorología difundió a última hora de la mañana de ayer una nota en la que avisaba que durante la pasada noche las lluvias serían muy abundantes en las regiones de Valencia y Murcia, "en las que localmente podrán llegar a ser intensas, del orden de 60 a 80 litros por metro cuadrado". Técnicamente se habló de la posibilidad de una gota fría, que provoca una precipitación repentina motivada por el contacto de las masas de aire frío de las capas superiores de la atmósfera con otras más calientes y cercanas al suelo.
A la vista de esta información el Ministerio del...
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El Instituto Nacional de Meteorología difundió a última hora de la mañana de ayer una nota en la que avisaba que durante la pasada noche las lluvias serían muy abundantes en las regiones de Valencia y Murcia, "en las que localmente podrán llegar a ser intensas, del orden de 60 a 80 litros por metro cuadrado". Técnicamente se habló de la posibilidad de una gota fría, que provoca una precipitación repentina motivada por el contacto de las masas de aire frío de las capas superiores de la atmósfera con otras más calientes y cercanas al suelo.
A la vista de esta información el Ministerio del Interior alertó a la población de la zona del Mediterráneo sobre la posibilidad de que se produzcan lluvias similares a las que causaron las inundaciones de octubre de 1982. Según una nota del departamento, la Dirección General de Protección Civil se ha constituido en estado de emergencia y, dentro de éste, en la primera fase de prealerta para seguir el curso de la situación meteorológica en la zona del Mediterráneo.Según el Servicio Meteorológico, hoy sábado "tenderá a disminuir la intensidad de las precipitaciones en Murcia, intensificándose en la región valenciana y en Cataluña, donde las precipitaciones pueden alcanzar valores entre 100 156 y ocasionalmente 200 litros por metro cuadrado".
"Durante los días 10 y 11", continúa la información meteorológica oficial, "existe el riesgo de que en algunas áreas de las citadas regiones de Valencia y Cataluña las precipitaciones lleguen a ser de carácter torrencial. Durante las próximas 30 horas, las precipitaciones serán abundantes en Baleares, Pirineos, Aragón y mitad oriental de Castilla-La Mancha". Informaciones posteriores, sin embargo, indicaban que la gota fría se alejaba de Cataluña.
Los gobiernos civiles andaluces confirmaron el recibo de un télex del Instituto Nacional de Metereología en el sentido de que exista la posibilidad de que en el Mediterráneo se formase una gota fría.
No obstante, las informaciones no se consideraron de importancia como para movilizar dispositivos de protección civil. El Gobierno civil de Sevilla -informa Carlos Funcia- no reforzó los contingentes de Almería ni Málaga puesto que no había certeza de la existencia de riesgo de catástrofe, ni la detección concreta del supuestos meteorológico. Las fuentes informantes señalaban que podrán producirse precipitaciones de una intensidad de 50 litros por metro cuadrado en las zonas mencionadas. El desarrollo de esa situación atmosférica se seguía de cerca y con atención desde las instituciones andaluzas. Alertados los servicios de protección civil en Valencia y Murcia por la eventualidad de una gota fría.
Las delegaciones generales del Gobierno en las comunidades autónomas de Valencia y Murcia informaron ayer que mantienen en situación de alerta los servicios de protección civil y los efectivos de la Guardia Civil ante la posibilidad de precipitaciones importantes debidas a la formación de una gota fría en la atmósfera.
No obstante -informa Manuel Muñoz-, en ninguna de las dos regiones se espera que, salvo en núcleos muy localizados, las posibles lluvias sean de tanta magnitud como para producir inundaciones importantes. El delegado del Gobierno en Valencia, Eugenio Burriel, manifestó ayer a este periódico que las previsiones son de un máximo de 50 litros por metro cuadrado, aunque en puntos aislados se puedan alcanzar los 100.
El delegado del Gobierno en Valencia puntualizó que, no obstante, el riesgo de lluvias torrenciales es menor que el año pasado por estas fechas, en que se produjeron inundaciones de cierta consideración en algunas comarcas valencianas, dado que la temperatura del agua del mar es ligeramente más baja.
Se aleja del litoral catalán
El Gobierno Civil de Barcelona puso ayer en marcha la red de radioemergencia del Servicio de Protección Civil, como medida precautoria ante la posibilidad de la formación de una gota fría sobre Barcelona; informaciones meteorológicas de última hora señalaban que la turbulencia se alejaba de Cataluña y se situaba sobre la costa meridional de la Península, en la zona de Málaga.Durante todo el día de ayer, el Gobierno Civil de Barcelona ordenó a la Confederación Hidrográfica del Pirineo Oriental que controlara el nivel de los cauces de los ríos y el de los embalses. Hasta que el frente frío se aleje definitivamente de España se mantendrá ese control. También se mantedrán continuos contactos con los centros meteorológicos y se intensificarán las dotaciones de retén de los Bomberos del Ayuntamiento de Barcelona y de la Generalitat para todo el fin de semana.
Pese a que el peligro de la gota fría se alejó ayer de Cataluña, en el Pirineo leridano se vienen registrando lluvias desde hace tres días. En Esterri d'Aneu (Pallars Sobirà) se registraron hasta 100 litros por metro cuadrado, lo que provocó una tensa alerta, ante el riesgo de que se repitieran las lluvias torrenciales que provocaron las inundaciones de noviembre de 1982. Los vecinos de los pueblos leridanos de El Pont de Bar, Alós d'Isil e Isil y los de Aixovall (Andorra), unos 50 en total, tuvieron que ser evacuados a media tarde, ante la considerable crecida del caudal de los nos proximos. Asimismo, la carretera C-147, de La Pobla de Segur a Esterri d'Aneu, fue cortada por la lluvia en varios tramos.
En Barcelona se han producido, además de precipitaciones intensas, una lluvia generalizada de arcilla, que cayó en la madrugada de ayer, a consecuencia del viento del Suroeste, que arrastró arcilla desde el desierto.
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