El Tribunal Supremo revoca una decisión de Romà Cuyàs sobre la Federación de Fútbol Sala

La sala tercera de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo reconoció, en el contexto de una sentencia dictada el pasado 8 de octubre, la legalidad de la Federación Española de Fútbol Sala (FEFS), entidad que logra un reconocimiento después de una larga lucha jurídica contra el Consejo Superior de Deportes (CSD) y, sobre todo, contra su presidente, Romà Cuyàs, quien, en su primera decisión como secretario de Estado para el Deporte, condenó a la ilegalidad a dicha federación independiente.La sentencia del Supremo dice, en uno de sus considerandos, que "debe reconocerse personalida...

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La sala tercera de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supremo reconoció, en el contexto de una sentencia dictada el pasado 8 de octubre, la legalidad de la Federación Española de Fútbol Sala (FEFS), entidad que logra un reconocimiento después de una larga lucha jurídica contra el Consejo Superior de Deportes (CSD) y, sobre todo, contra su presidente, Romà Cuyàs, quien, en su primera decisión como secretario de Estado para el Deporte, condenó a la ilegalidad a dicha federación independiente.La sentencia del Supremo dice, en uno de sus considerandos, que "debe reconocerse personalidad jurídica a la federación apelante (Federación de Fútbol Sala)". Con esta frase parece acabar una larga lucha jurídica, que lleva más de dos años de existencia, en la que la Federación Española de Fútbol Sala ha tenido que convencer jurídicamente al CSD de que tiene derecho a existir legalmente, proceso en el que se ha suscitado incluso una sentencia de la Audiencia Nacional de Madrid, que envió el caso al Tribunal Constitucional sobre una posible cuestión de inconstitucionalidad de la ley de la Cultura Física y el Deporte, caso que se encuentra, en estos momentos, en "señalamiento de Pleno".

Ilegalizar la federación de fútbol sala fue la primera decisión que Romà Cuyàs adoptó escasos días después de tomar posesión de su cargo. A pesar de que dicha federación estaba compuesta por directivos de clara significación progresista, que incluso habían recibido el apoyo del PSOE, Romà Cuyàs nunca echó marcha atrás a su condena e incluso entendió dicho asunto como una cuestión personal, no permitiendo ninguna vía de acercamiento o acuerdo. La FEFS se vio relegada al ostracismo legal, a funcionar sin ningún tipo de subvención y a una larga lucha jurídica en diversos frentes.

Dos años después, a pesar de que Cuyàs persistió en bloquear todo intento posterior de acercamiento, la FEFS sigue existiendo, controla cerca de 30.000 fichas, ha conseguido poner en funcionamiento competiciones de tipo regional y nacional y, sobre todo, se autofinancia. La FEFS maneja, en el conjunto de toda su organización, un presupuesto de 100 millones de pesetas, con clara descentralización, y es la única que se ha estructurado según el mapa autonómico, exigencia que posterior mente el CSD ha recomendado a las federaciones "oficiales". Todos los federados disponen de un seguro. Además, se apresta a organizar, mediante un convenio, las competiciones escolares. Para su estructura dispone de escaso personal, hecho que cabe suponer de ejemplar en el conjunto de las federaciones.

La decisión de Cuyàs, en su día benefició considerablemente a Pablo Porta, presidente de la Federación Española de Fútbol, quien se atribuía competencia sobre este deporte, lo que le permitía inflar sus fichas. Por otra parte, el CSD legalizó con posterioridad otro tipo de federaciones, como badminton o squash, sin plantear ningún problema, aunque su importancia en número de fichas fuera muy relativa. Cuyàs se declaró inclinado, en diversas manifestaciones, a legalizar todo tipo de federaciones. Sin embargo, siempre hizo un aparte con la de fútbolsala. Tras esta sentencia, la batalla jurídica de dicha federación se seguirá desarrollando en otros frentes (Tribunal Supremo y Tribunal Constitucional).

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