Los padres del soldado muerto en unas maniobras de las COE en Aragón presentan una denuncia por imprudencia temeraria

Los padres del soldado Ángel Zamorano, miembro de las Compañías de Operaciones Especiales (COE) con base en Jaca (Huesca), fallecido en las maniobras realizadas en la zona norte de Arnón a principios de junio, han presentado una denuncia por imprudencia temeraria contra el que resultare responsable de la muerte. Asimismo, han solicitado que un médico forense que ellos designen practique la autopsia de su hijo "para poder determinar con exactitud los motivos de su fallecimiento".

Los familiares de Ángel Zamorano han solicitado una entrevista al capitán general de la V Región Militar, Man...

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Los padres del soldado Ángel Zamorano, miembro de las Compañías de Operaciones Especiales (COE) con base en Jaca (Huesca), fallecido en las maniobras realizadas en la zona norte de Arnón a principios de junio, han presentado una denuncia por imprudencia temeraria contra el que resultare responsable de la muerte. Asimismo, han solicitado que un médico forense que ellos designen practique la autopsia de su hijo "para poder determinar con exactitud los motivos de su fallecimiento".

Los familiares de Ángel Zamorano han solicitado una entrevista al capitán general de la V Región Militar, Manuel Álvarez Zalba, con el fin de aclarar cuál de las versiones de la muerte del soldado que les han facilitado es la verdadera y para que se esclarezca la situación. También solicitan que les sean remitidas las diligencias informativas, de investigación o de cualquier otra índole que hayan sido abiertas tras la muerte de su hijo, y que se inicie el expediente administrativo del que se derive una indemnización económica, habitual siempre que suceden hechos de esta naturaleza.En la denuncia piden que se acuerde iniciar una causa penal para depurar a "los responsables de las conductas relacionadas con el fallecimiento de nuestro hijo".

La muerte de Ángel Zamorano, de 21 años, se produjo el día 10 de junio, en el Hospital Clínico Militar de Jaca, como consecuencia de una herida de bala en la región craneal, que le causó el desprendimiento de masa encefálica. El soldado se encontraba en aquellos días haciendo maniobras con su unidad, y las versiones del fallecimiento aportadas a la familia son contradictorias.

Acusaciones a un sargento

En un primer momento, según afirman los familiares, les dijeron que al propio Ángel se le había escapado un tiro mientras limpiaba el arma. Por el orificio de entrada de la bala, en la parte posterior de la cabeza, esto no era posible, y les facilitaron una nueva versión, según la cual a quien se le había escapado el disparo era a un compañero. La bala rebotó en una piedra y alcanzó a Ángel en la cabeza, según ese relato.Sin embargo, compañeros de la víctima manifestaron a los padres que el autor de la muerte fue un sargento que estaba probando un subfusil. Según esta versión, el suboficial disparó una ráfaga con el arma, y uno de los disparos alcanzó al soldado.

La versión oficial de la muerte de Ángel Zamorano, facilitada ayer por un portavoz de la Dirección de Relaciones Informativas de la Defensa (DRISDE), señala que el fallecimiento se produjo a las 21.45 horas del día 10 de junio, como consecuencia de un disparo de subfusil que salió fortuitamente del arma de un compañero y alcanzó en la cabeza al soldado, lo que le originó salida de masa encefálica y la muerte. Según esta versión oficial, un compañero estaba limpiando el arma tras un ejercicio de tiro en el campo de las Batiellas. El subfusil se le cayó al suelo y salió el proyectil. El portavoz oficial precisó que la palabra compañero no tiene por qué significar que eran de igual grado, y no confirma ni desmiente que el autor del disparo fuera un sargento.

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El oficial de servicio de la Capitanía General de la V Región Militar (Zaragoza) manifestó a este periódico: "No le puedo informar nada del asunto ese".

La muerte de Ángel Zamorano -así como la del teniente Leandro Martín Hemand, fallecido en accidente- se registró en las mismas maniobras de las COE en las que ocurrió el simulacro de fusilamiento en Abena. El soldado Ángel Zamorano envió una carta a sus padres unos días antes de morir. En ella (ver recuadro) explica el tratamiento que recibía.

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