Fase final de la Eurocopa de Fútbol

La RFA, un equipo fuerte, pero insípido

ENVIADO ESPECIALLa selección de la RFA, el último equipo con el que deberá enfrentarse España y ante el que se juega la clasificación, ha demostrado en esta Eurocopa ser muy fuerte, quizá más que nunca, pero sosa, ya que le faltan hombres creativos. Ante la española, es duda Rummenigge, con una distensión de tendones, y baja Bernd Foerster, con rotura del tabique nasal.

Por lo visto hasta ahora, lo mejor del esquema alemán es su defensa. Schumacher es un portero de gran talla, aunque está soportando las iras de los aficionados franceses, que no olvidan la lesión que le produjo a Battist...

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ENVIADO ESPECIALLa selección de la RFA, el último equipo con el que deberá enfrentarse España y ante el que se juega la clasificación, ha demostrado en esta Eurocopa ser muy fuerte, quizá más que nunca, pero sosa, ya que le faltan hombres creativos. Ante la española, es duda Rummenigge, con una distensión de tendones, y baja Bernd Foerster, con rotura del tabique nasal.

Por lo visto hasta ahora, lo mejor del esquema alemán es su defensa. Schumacher es un portero de gran talla, aunque está soportando las iras de los aficionados franceses, que no olvidan la lesión que le produjo a Battiston en el Mundial de España. En los laterales juegan Briegel, por el lado izquierdo, que sube por su banda e incluso en diagonal hacia el centro, pero que ha perdido mucha e efectividad -por si acaso, los contrarios le vigilan con celo, conscientes de su poderío físico por la banda-, y, por el derecho, Berrid Foerster, cumplidor sin más. El centro de la cobertura está ocupado por Karl Heinz Foerster, pero sufrió una lesión ante Rumanía y, probablemente, su puesto sea ocupado por el alto Butchwald para procurar anular el juego aéreo de Santillana, el delantero español que preocupa a Jupp Derwall, el seleccionador alemán. Detrás de estos tres jugadores se queda Stielike, una garantía.

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El centro del campo mejoró notablemente con la inclusión de Meier, pero, sobre todo, con Matthaus, el que releva a Stielike cuando éste sube. El centro del campo se completa con el suffido Brehme y con Allofs, el más ofensivo de los cuatro, un buen tirador y con mejor regate, pero que peca de individualismo.

La línea delantera se la reparten Rummenigge y Voeller. La estrella alemana parece que está en Francia de paso. No sufre en el campo, pero siempre hay que vigilarle. En Alemania se le critica estos días su falta de garra y se insinúa que piensa más en las liras italianas que en arriesgar sus caras piernas en los bosques de las defensas del europeo. Rummenigge, sin embargo, disimuló su situación anímica exigiendo a su seleccionador jugar más en punta ante los rumanos, no en funciones de enlace entre la media y el ataque. Voeller hace la labor de percherón; infatigable, luchador, no exento de calidad técnica. Generalmente, bascula a las bandas para que Rummenigge o Allofs entren por el centro.

Quizá la mejor táctica a emplear por Miguel Muñoz sea la de la fotografia. Contra Rumanía, los jugadores le dijeron a Derwall que no querían hacerse fotos antes del partido porque les traía mala suerte. Derwall bajó una vez más la cabeza y lo consintió, ante la protesta de los aficionados alemanes. La intranquilidad de los suyos no acaba ahí. Si Stielike echó pestes de la organización española del Mundial-82, aquí se tuvo que tragar el domingo toda su bilis cuando anduvieron perdidos durante una hora por Alsacia; y eso que les abría camino la policía. Casi no llegan al encuentro. Alguna de estas dos argucias deberá emplear la selección española para intentar, por lo menos, empatar, lo que le daría la clasificación si rumanos y portugueses también igualan sin , excederse en los goles.

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