Fase final de la Eurocopa de fútbol (grupo 1)

Dinamarca cazó siempre que quiso a una Yugoslavia a la desesperada

Hora y media después del escandaloso 5-0 de Francia a Bélgica, Dinamarca repitió marcador ante Yugoslavia. El partido, por oportunidades, ésas en las que el delantero se queda solo ante el portero y éste detiene el remate de forma inverosímil, debió concluir con un mayor triunfo danés, aunque también los yugoslavos tuvieron ocasiones de oro, todas ellas salvadas por el meta danés, Qvist. Fue un partido jugado a un ritmo suicida, en el que Yugoslavia llevó siempre la peor parte por dos razones. Una: Todor Veselinovic, su seleccionador, que asegura poseer la selección que ganará la Eurocopa de 1...

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Hora y media después del escandaloso 5-0 de Francia a Bélgica, Dinamarca repitió marcador ante Yugoslavia. El partido, por oportunidades, ésas en las que el delantero se queda solo ante el portero y éste detiene el remate de forma inverosímil, debió concluir con un mayor triunfo danés, aunque también los yugoslavos tuvieron ocasiones de oro, todas ellas salvadas por el meta danés, Qvist. Fue un partido jugado a un ritmo suicida, en el que Yugoslavia llevó siempre la peor parte por dos razones. Una: Todor Veselinovic, su seleccionador, que asegura poseer la selección que ganará la Eurocopa de 1988, volvió a jugar con solo tres defensas, que se mostraban incapaces de frenar el contragolpe danés, magistralmente llevado por Olsen, Arnesen y Elkjaer. Y dos: Ivkovic, que sustituía a Simovic, cometió, en el primer gol danés, un error tan grave como el que le costó la titularidad a su predecesor tras el segundo belga.El juego de ataque suicida de los yugoslavos, que querían acortar distancias como fuera, propició las mejores ocasiones danesas. Y, como Qvist abortó las oportunidades de Cvetkovic (minutos 20 y 28), Gudelj (32) y Vujovic (65 y 66), Dinamarca se frotó las manos, preparándose para la media hora final más espectacular de la Eurocopa. En ella, al margen de conseguir otros tres goles, dio un recital de fuerza física, capacidad de contragolpe y oportunismo. No metió más goles de puro milagro. En el colmo de la filigrana, Berggreen (72) pretendió meterse bajo las redes driblando al portero, lo que no consiguió. Quien sí se permitió una fantasía fue el españolista Lauridsen, que, tras clavar a Milijus, colocó el balón en una escuadra.

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Dinamarca dio anoche lo que podía ser un paso definitivo para optar a las semifinales, ya que ahora tan sólo le resta empatar con Bélgica, el próximo martes, en Estrasburgo. Los belgas sólo pueden clasificarse, junto a los franceses, en caso de victoria, ya que los daneses tienen mejor diferencia de goles, lo primero que se mira a igualdad de puntos.

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