Vecinos de Vicálvaro contrarios al poblado gitano golpean a un policía municipal que había disparado al aire

Varios vecinos de Vicálvaro golpearon repetidas veces ayer a un policía municipal instantes después de que el agente efectuara un disparo al aire, al verse rodeado, y apedrearon un coche patrulla que acudió en su socorro. La agresión se producía mientras los representantes vecinales estaban reunidos con el gobernador civil y los presidentes de tres distritos para tratar el tratar el futuro del asentamiento gitano de Vicálvaro, que los vecinos payos quieren erradicar.

Desde que se reanudaron a finales del pasado mes de mayo las acciones de protesta por la presencia de 150 familias gitana...

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Varios vecinos de Vicálvaro golpearon repetidas veces ayer a un policía municipal instantes después de que el agente efectuara un disparo al aire, al verse rodeado, y apedrearon un coche patrulla que acudió en su socorro. La agresión se producía mientras los representantes vecinales estaban reunidos con el gobernador civil y los presidentes de tres distritos para tratar el tratar el futuro del asentamiento gitano de Vicálvaro, que los vecinos payos quieren erradicar.

Desde que se reanudaron a finales del pasado mes de mayo las acciones de protesta por la presencia de 150 familias gitanas en la zona, reina una creciente tensión en el barrio. Estas protestas se han centrado en cortes diarios de tráfico, de una hora de duración, para que las autoridades pongan fin a los problemas que, según los vecinos, crea el asentamiento gitano. Ayer, tras una larga reunión en el Gobierno Civil, los vecinos decidieron poner fin a los cortes de tráfico hasta el próximo mes de septiembre.La tensión acumulada fue el desencadenante de los sucesos ocurridos ayer. Los vecinos se desayunaron con la noticia de la persecución a tiros por parte de la policía de los ocupantes de una camioneta que, al parecer, iba cargada de neumáticos robados.

La persecución terminó con la detención de varias personas, alguna de ellas herida, según comunicó el gobernador a los vecinos en la reunión mantenida por la tarde. Según el gobernador, la realización de este tipo de controles ha conseguido reducir en un gran porcentaje la delincuencia en la zona.

En la reunión, los vecinos pidieron que la mayor parte de las familias gitanas que están asentadas en el barrio sea repartida en pequeños grupos por otros distritos de la capital. También se mostraron en total desacuerdo con la propuesta de Gerencia Municipal de Urbanismo de construir viviendas sociales en la zona para la población gitana. El gobernador civil manifestó que, mientras se busca una nueva solución, se mantendrán las medidas de vigilancia policial.

Los responsables municipales de las juntas de San Blas, Moratalaz y Ciudad Lineal, por su parte, afirmaron que se replantearán el mantenimiento del mercadillo gitano -en el que, según los vecinos payos, se vende la mayor parte de la mercancía robada- y se realizará un nuevo control de las familias residentes en el poblado para expulsar a todos los que se hayan instalado allí después del último censo.

Mientras se realizaba esta reunión, más de 100 vecinos, que efectuaban su diario corte de tráfico en la esquina de la calle de Casalarreina con avenida de Daroca, vieron cómo el conductor de una camioneta, pugnaba por atravesar la barrera humana, a pesar de estar dentro de la hora (entre 19 y 20 horas) en la que ningún vehículo puede entrar ni salir del barrio desde hace 18 días.

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Un vecino intentó entonces deshinchar una de las ruedas del vehículo, momento en que intervino un policía municipal, de servicio en la zona, quien intentó detener al vecino. Ante esta actitud, los otros integrantes de la barrera rodearon al agente, que sacó su arma y disparó al aire. El policía cayó al suelo a causa de los golpes que varios vecinos le dieron, golpes que siguió recibiendo en el suelo hasta que acudieron varios agentes.

Los policías se abrieron paso hasta el agente golpeado, le recogieron y le introdujeron en un coche patrulla en el que fue trasladado al Hospital Provincial, donde le apreciaron contusiones en el tórax y la cara.

El enfrentamiento de los policías con los vecinos duró escasos minutos, y más de un vecino, al ver cómo varios jóvenes rompían a pedradas la luna de uno de los vehículos policiales, temió que se repitieran los incidentes del pasado 29 de mayo. Ese día, 10 personas resultaron heridas, -una de ellas sigue hospitalizada- en una carga de la Policía Nacional durante uno de los cortes de tráfico. Una hora después del incidente, unas 1.000 personas, tras ser informadas de la reunión en el Gobierno Civil, decidieron interrumpir sus acciones de protesta hasta el 5 de septiembre, en que replantearán su postura.

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