A vueltas con los peces de colores

La iluminación excesiva no los vuelve más bonitos

Entre el hombre y los peces debió de haber un latente distanciamiento que en un determinado momento se rompió para dar paso a la convivencia. Si tuviera que buscarse el motivo de ese cambio, yo me decantaría por la llamada del color.Los colores de los peces son el producto de la reflexión de la luz sobre cristales diminutos situados en la que se denomina capa común, que, sin profundizar demasiado, es una especie de almacén en el que quedan productos de excreción metabólica que terminan cristalizando. No es una descripción completa, pero puede servirnos.

Las interferencias en la coloraci...

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Entre el hombre y los peces debió de haber un latente distanciamiento que en un determinado momento se rompió para dar paso a la convivencia. Si tuviera que buscarse el motivo de ese cambio, yo me decantaría por la llamada del color.Los colores de los peces son el producto de la reflexión de la luz sobre cristales diminutos situados en la que se denomina capa común, que, sin profundizar demasiado, es una especie de almacén en el que quedan productos de excreción metabólica que terminan cristalizando. No es una descripción completa, pero puede servirnos.

Las interferencias en la coloración se producen porque la luz reflejada, al atravesar una capa de células, varía su longitud de onda, dando lugar a una gama distinta.

Pretender resaltar la belleza o intensidad de los colores de los peces puede llevar al aficionado a iluminar demasiado el acuario y, como consecuencia, favorecer la aparición de algas verdes y microorganismos que harán que el agua tome coloración verdosa. Hay que tener mucho cuidado con esto porque facilita la descomposición y la muerte, por tanto, de algunos de los ejemplares.

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