La policía estima difícil evitar el uso de armas para capturar a Bueno, evadido de Alcalá-Meco

La detención de Rafael Bueno, uno de los tres presos fugados el Viernes Santo de la prisión de máxima seguridad de Alcalá-Meco, es una "tarea arriesgada, en la que será difícil evitar el uso de las armas", han señalado fuentes de la Dirección General de Policía. Las mismas fuentes han manifestado que "la única forma de evitar la violencia con Bueno es cogerlo desprevenido y con una superioridad policial aplastante".La Policía no dispone aún de pistas acerca del paradero de Bueno y sus dos compañeros de escapada, Antonio Alvárez Gallego y Antonio Retuerto, aunque supone que, a la vista de la me...

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La detención de Rafael Bueno, uno de los tres presos fugados el Viernes Santo de la prisión de máxima seguridad de Alcalá-Meco, es una "tarea arriesgada, en la que será difícil evitar el uso de las armas", han señalado fuentes de la Dirección General de Policía. Las mismas fuentes han manifestado que "la única forma de evitar la violencia con Bueno es cogerlo desprevenido y con una superioridad policial aplastante".La Policía no dispone aún de pistas acerca del paradero de Bueno y sus dos compañeros de escapada, Antonio Alvárez Gallego y Antonio Retuerto, aunque supone que, a la vista de la meticulosa elaboración de su fuga, habían preparado algún refugio fuera de la zona donde está situada la prisión.

Rafael Bueno, según las citadas fuentes, es un delincuente "muy violento, que no tiene reparo ennfrentarse armado a la Policía". Su liberación del Hospital Provincial de Burgos, en octubre de 1983, costó la vida a dos policías nacionales. La Policía le buscó entonces en Barcelona, lugar donde opera su banda, y a finales de noviembre le detuvo cuando entraba en un piso que estaba siendo vigilado. Agustín Linares, jefe superior de Policía de Barcelona, calificó la captura de Bueno de "operación limpia".

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