La policía detiene a 12 personas, acusadas de secuestrar en Madrid al hijo de un industrial

Doce personas, la mayoría labradores de edades comprendidas entre los 18 y los 54 años, han sido detenidas en Madrid y en las localidades zaragozanas de Erla y Tauste, acusadas de participar en el secuestro de José Francisco Verdia Ortega, de 23 años, hijo de un industrial, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. En la misma operación policial, desarrollada entre el 1 y el 6 de marzo, fue liberado el joven retenido, que permanecía encerrado en una nave agrícola de Tauste (Zaragoza).José Francisco Verdia desapareció en las cercanías de su domicilio familiar, en el número 1...

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Doce personas, la mayoría labradores de edades comprendidas entre los 18 y los 54 años, han sido detenidas en Madrid y en las localidades zaragozanas de Erla y Tauste, acusadas de participar en el secuestro de José Francisco Verdia Ortega, de 23 años, hijo de un industrial, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Madrid. En la misma operación policial, desarrollada entre el 1 y el 6 de marzo, fue liberado el joven retenido, que permanecía encerrado en una nave agrícola de Tauste (Zaragoza).José Francisco Verdia desapareció en las cercanías de su domicilio familiar, en el número 12 de la calle de Isaac Peral, en Madrid, a últimas horas del pasado 7 de febrero. La familia del joven y la policía han mantenido en secreto el secuestro durante casi un mes.

José Francisco Verdia es hijo del industrial madrileño Enrique Verdia Cela, propietario de Vianjesa y Cofercesa, empresas dedicadas a comercializar piensos, fertilizantes y cereales. Al parecer, los promotores del secuestro son unos labradores, miembros de la Cooperativa Agrícola de Erla (Zaragoza), que reclamaban desde 1979 el pago de un venta de cereales efectuada al industrial y que, según sus estimaciones, ascendía a 25 millones de pesetas. Enrique Verdia ha manifestado que pagó en su día al intermediario de la operación de compraventa.

Tras la desaparición de su hijo, el industrial recibió una llamada en la que una voz anónima le pidió 25 millones de pesetas como rescate. Los secuestradores concertaron con él, por teléfono, citas en hoteles y cafeterías de Madrid para los días 13, 17, 21, 25 y 28 de febrero, a las que no acudieron. Sí se presentaron, en cambio, a la establecida para el día 1 de marzo en un establecimiento de la Gran Vía. Allí fueron detenidos tres hombres cuando cogían el maletín con el dinero que llevaba el padre del secuestrado. Según la reconstrucción policial del suceso, los labradores de Erla pagaron medio millón a un delincuente profesional de Zaragoza -que figura entre los detenidos- para que efectuase el secuestro. Jose Francisco Verdia fue trasladado en coche desde Madrid a un chalé de Cadrete (Zaragoza), donde permaneció 15 días. Luego estuvo otros 10 días en una caseta de cazadores de Matamala de Almazán (Soria). Desde allí lo volvieron a llevar a Cadrete por otros cuatro días y, finalmente, lo encerraron en una nave agrícola de Tauste. Allí permaneció enclaustrado en un cajón de 1,20 metros por 60 centímetros en el que no podía moverse y tenía dificultades para respirar.

Enrique Verdia informó ayer que su hijo estaba hospitalizado en Zaragoza, como consecuencia de las malas condiciones en que permaneció secuestrado los ultimos días.

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