Hermetismo policial en torno a los secuestros en Cáceres y Toledo
La policía mantiene el hermetismo, y no se han registrado novedades, en torno a los secuestros de los industriales Guzmán Martín Rodríguez y Claudio Ávila Toledo, desaparecidos la semana pasada en Vargas (Toledo) y Guadalupe (Cáceres), respectivamente.Cinco días después del presunto secuestro del industrial de Guadalupe Martín Rodríguez, siguen sin tenerse noticias sobre su paradero. Existe un absoluto hermetismo tanto por parte de sus familiares como del Gobierno Civil de Cáceres, informa J. C. C.
El único dato concreto en torno a la desaparición es la llamada de los secuestrado...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La policía mantiene el hermetismo, y no se han registrado novedades, en torno a los secuestros de los industriales Guzmán Martín Rodríguez y Claudio Ávila Toledo, desaparecidos la semana pasada en Vargas (Toledo) y Guadalupe (Cáceres), respectivamente.Cinco días después del presunto secuestro del industrial de Guadalupe Martín Rodríguez, siguen sin tenerse noticias sobre su paradero. Existe un absoluto hermetismo tanto por parte de sus familiares como del Gobierno Civil de Cáceres, informa J. C. C.
El único dato concreto en torno a la desaparición es la llamada de los secuestradores pidiendo un rescate de 25 millones de pesetas.
En cuanto a Claudio Ávila, industrial toledano secuestrado en la localidad de Vargas el pasado jueves, en medios policiales se tiene la sospecha, aunque no se ha descartado ningún otro supuesto, de que se trata de un grupo de delincuentes comunes con una infraestructura sólida en Madrid.
Fue en Móstoles donde el pasado sábado fue hallado el Opel Rekord, propiedad de Claudio.
El ministro de Justicia, Fernando Ledesma, primo de la mujer del secuestrado, María Ángeles Herreros -por error de transcripción se confundió en anterior información con el ministro Moscoso-, mantiene contactos telefónicos con el gobernador civil de Toledo, Pedro Valdecantos, con el fin de seguir de cerca el suceso y dar ánimos a la familia. En este sentido, Diego Prado y Colón de Carvajal, que estuvo retenido por miembros de ETA durante 72 días, telefoneó a la familia nada más conocer los hechos.