La policía detiene a un ex miembro de CNT que vivía en uno de los pisos derruidos en Barcelona

La policía de Barcelona detuvo ayer a Joaquín Pascual Rodríguez, ex militante de CNT, propietario de la documentación anarquista encontrada entre los escombros de las tres casas de la calle de Cinca, derribadas el miércoles a causa de una explosión que terminó con la vida de tres personas. Al detenido le ha sido aplicada la ley Antiterrorista. La teoría de que la deflagración pudo ser provocada por un explosivo en mal estado allí almacenado se va afianzando

Según fuentes gubernamentales, tras los primeros interrogatorios la policía no había establecido aún, sin embargo, una relación dir...

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La policía de Barcelona detuvo ayer a Joaquín Pascual Rodríguez, ex militante de CNT, propietario de la documentación anarquista encontrada entre los escombros de las tres casas de la calle de Cinca, derribadas el miércoles a causa de una explosión que terminó con la vida de tres personas. Al detenido le ha sido aplicada la ley Antiterrorista. La teoría de que la deflagración pudo ser provocada por un explosivo en mal estado allí almacenado se va afianzando

Según fuentes gubernamentales, tras los primeros interrogatorios la policía no había establecido aún, sin embargo, una relación directa entre el supuesto explosivo y Joaquín Pascual, que militó en las organizaciones CNT y Federación Anarquista Ibérica (FAI) hasta 1981.Consultadas las hojas de empadronamiento, se pudo comprobar que el propietario del inmueble derrumbado en el número 31 de la calle de Cinca, Manuel Grau Vidal, lo había alquilado a Joaquín Pascual Rodríguez, un profesor del centro profesional Francesc Layret, ex militante cenetista, conocido por sus amigos como Quimet. Pascual utilizaba la vivienda como estudio, donde guardaba el material para su tesis doctoral sobre poblados iberos en Extremadura.

Poco antes de las nueve de la noche del miércoles, Pascual acudió a su centro de trabajo y se lamentó de la pérdida de su piso y, en particular, de todo su material académico, compuesto de más de 3.000 fichas. Una alumna suya explicó ayer a este diario que Joaquín Pascual llegó a la escuela "muy deshecho" y les comentó que "si antes era pobre, ahora lo soy más". Uno de los profesores del centro declaró que "hacía tres años que Joaquín estaba dedicado por entero a elaborar su tesis doctoral y a sus clases en esta escuela, y no se le conocía ningún tipo de actividad político- sindical".

Joaquín Pascual había pertenecido a la Federación Local de Barcelona de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y posteriormente ocupó la secretaría del Comité Regional en Cataluña. Según la CNT, desde hacía tres años estaba desvinculado de la organización. José Bondía, ex secretario general de esta organización sindical, confirmó ayer a este diario que "Quimet nos dejó en el 81. No era ningún exaltado y quería dedicarse a sus trabajos arqueológicos. Me llevaría la sorpresa de mi vida si se prueba que él tiene algo que ver con la explosión de Barcelona".

La historia libertaria de Pascual señala que fue detenido, junto a otros 49 supuestos miembros de la FAI, en la redada de 1977.

Ayer por la mañana, cuando las brigadas municipales ya habían convertido las casas destruidas en un solar, la policía trasladó a Joaquín Pascual a la jefatura superior, sin que formalmente se le considerara detenido. Allí fue interrogado durante todo el día por inspectores de la Brigada de Información A últimas horas de anoche la policía le detuvo y le aplicó la ley Antiterrorista, sin que por el momento se hayan establecido cargos en su contra.

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Los bomberos, por su parte, descartaron ayer definitivamente que la deflagración se produjera por una acumulación de gas natural o por el polvo de la harina almacenada en los bajos del número 29.

A última hora del miércoles, mientras dos camiones con palas excavadoras sacaban los escombros con la intención de encontrar los cadáveres de Valeriano García y Miquel Valis, que no fueron desenterrados hasta medianoche, aparecieron una serie de documentos, algunos de ellos de la FAI (Federación Anarquista Ibérica). El peso de toda la documentación encontrada sería de unos 200 kilos (véase EL PAIS de ayer), entre los que se hallaban boletines sindicales, panfletos y cartas personales y de régimen interior de las citadas organizaciones anarquistas.

En el suceso resultaron muertos el niño de ocho meses Cristian Rivero Martín, Valeriano García García, de 20 años, y Miquel Valls Aresté, de 67, cuyas exequias se celebrarán mañana en el hospital Clínico. Otras 12 personas resultaron heridas de diversa consideración, pero ayer ninguna de ellas se encontraba en estado grave.

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