La fuerte sequía que afectó a España en 1983 se ha recrudecido a comienzos de este año

El mes de enero y lo que llevamos de febrero han sido dos meses especialmente secos, salvo alguna precipitación aislada en el norte de la Península, con lo que se ha recrudecido en estos primeros meses de 1984 la sequía que ya afectó fuertemente a España en 1983. El nivel de precipitaciones en los últimos cuatro meses ha sido muy variable. El mes de noviembre fue un mes muy lluvioso, situándose la media de precipitaciones por encima de lo habitual, y el mes de diciembre se considera normal en cuanto a precipitaciones. Son 188 las poblaciones que se encuentran en estos momentos en situación de ...

El mes de enero y lo que llevamos de febrero han sido dos meses especialmente secos, salvo alguna precipitación aislada en el norte de la Península, con lo que se ha recrudecido en estos primeros meses de 1984 la sequía que ya afectó fuertemente a España en 1983. El nivel de precipitaciones en los últimos cuatro meses ha sido muy variable. El mes de noviembre fue un mes muy lluvioso, situándose la media de precipitaciones por encima de lo habitual, y el mes de diciembre se considera normal en cuanto a precipitaciones. Son 188 las poblaciones que se encuentran en estos momentos en situación de alarma roja debido a la falta de agua, y, según la Dirección General de Protección Civil, la situación actual afecta a un total de 398.845 personas.

Al menos 69 de estas poblaciones, con 69.546 habitantes, han de ser abastecidas de agua por medio de camiones cisterna. Otras 57 poblaciones se encuentran en situación de alarma verde y 10 1 en alarma azul. Por otra parte, los embalses se encuentran al 47% de su capacidad, siendo las cuencas del Júcar y del Segura las que se encuentran en situación más dramática, con una reserva por debajo del 12%.De las 188 poblaciones en alarma roja, 119 de ellas, con un total de 329.299 habitantes, tienen limitado el suministro de agua a menos de cinco horas diarias, y 69 se tienen que abastecer por camiones cisterna enviados desde otros lugares. La provincia con mayor número de habitantes afectados por la alarma roja es Tarragona, con 221.571, seguida de Almería (46.400), Badajoz (30.641), Ciudad Real (25.388) y Toledo (22.386). Aunque con menor incidencia, también se ven inmersas en dicha situación poblaciones de Sevilla, Lérida y Guadalajara.

El número de poblaciones en alarma azul -situación en la que existen restricciones de agua, con abastecimiento superior a cinco horas diarias- es de 101, con un total de 213.064 habitantes, fundamentalmente localizadas en Tarragona, Ávila, Soria y Almería. Los municipios en estado de alarma verde -situación en la que se prevé puede haber algún tipo de restricciones de agua- ascienden a 57, que suman 102.452 habitantes.

Los embalses españoles se encuentran al 47% de su capacidad, con un total de 19.184 hectómetros cúbicos de agua embalsada, según datos facilitados por el Ministerio de Obras Públicas con fecha 14 de febrero.

Una sequía de cuatro años

Los pantanos de la cuenca del Segura, con un 10%. de su capacidad, son los que presentan una situación más dramática, seguida de la del Júcar, con un 11,4%, Sur (31%), Guadalquivir (33,7%), Guadiana (38,3%), Tajo (42,9%), Duero (50,8%), Pirineo oriental (58,3%), Ebro (67,5%) y Norte (74,7%).La actual sequía, que se viene arrastando desde hace cuatro años, no se puede considerar como la más intensa del siglo en cuanto a ritmo y carencias de precipitaciones, dice Lorenzo García de Pedraza, jefe de la sección de Meteorología Agrícola. "Estamos apurando las posibilidades de reservas de agua, que hay mucha más demanda que antes y no hay agua suficiente para esta demanda". En España, los períodos de sequía son normales, según el Instituto Nacional de Meteorología. Con frecuencia se dan períodos de sequía seguidos de períodos de intensas lluvias. A lo largo de la historia ha habido épocas de gran sequía; la última de ellas, desde 1948 hasta 1951.

Afortunadamente, esta sequía, que comenzó en el año agrícola de 1980 (mes de septiembre), "nos ha cogido con buenas reservas, debido a que las lluvias de los años anteriores fueron abundantes y los embalses estaban llenos". Los años sesenta fueron unos años buenísimos de lluvia, y "eso hizo olvidar que la sequía es un fenómeno relativamente normal en España".