XIV Juegos Olímpicos de Invierno en Sarajevo

El gigante, un descenso en eslalon

El eslalon gigante nació en el esquí como un intermedio casi obligado entre el descenso y el eslalon especial. Es un descenso en forma de eslalon. Aunque ha habido esquiadores en la historia con capacidad para vencer en las tres modalidades, lo normal, con el paso del tiempo, ha sido la especialización. La aparición del gigante, criticado en su tiempo como híbrido sin razón de ser, vino a llenar un hueco cuando comenzó a disputarse oficialmente a partir de 1946.La creación del supergigante (más parecido aún al descenso, en una sola manga y casi con tanta longitud, aunque con puertas) se produj...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El eslalon gigante nació en el esquí como un intermedio casi obligado entre el descenso y el eslalon especial. Es un descenso en forma de eslalon. Aunque ha habido esquiadores en la historia con capacidad para vencer en las tres modalidades, lo normal, con el paso del tiempo, ha sido la especialización. La aparición del gigante, criticado en su tiempo como híbrido sin razón de ser, vino a llenar un hueco cuando comenzó a disputarse oficialmente a partir de 1946.La creación del supergigante (más parecido aún al descenso, en una sola manga y casi con tanta longitud, aunque con puertas) se produjo al comprobarse que el gigante había quedado más cerca del eslalon especial.

El supergigante, Por eiemplo, no tenía razón de existir cuando el gigante se corría en una sola manga y se parecía más, por sus largos recorridos, al descenso. Precisamente, los especialistas de esta última modalidad encontraban en el gigante una ampliación, pero relajada, de su prueba preferida. Sin embargo, desde que en 1966 la Federación Internacional de Esquí (creada en 1924) decidió la disputa de las pruebas en dos mangas, quienes salieron beneficiados fueron los especialistas en eslalon especial. Al reducirse los recorridos para equiparar en dureza la prueba, la habilidad se empezó a imponer a la fuerza y a la resistencia por el mayor recorrido, y los mejores hombres en descenso ya no brillaron tanto en el gigante. El supergigante no tardaría en llegar a cubrir el hueco, aunque, curiosamente, la especialización del descenso en unos pocos años supuso ya el aislamiento de sus hombres.

Más información

Los desniveles en gigante oscilan entre los 300 y los 500 metros, y para los Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo se tiende a que sean máximos. Las puertas, a diferencia del eslalon especial, que son simples palos de diferentes colores, tienen en este caso más forma de tales, pues se unen cada dos palos, del mismo color, por unas banderolas. También se alternan, rojas y azules, pero se pueden colocar más separadas (entre 4 y 8 metros), pues en el gigante manda más el ritmo que la velocidad.

En el gigante la velocidad, al ser los recorridos más largos que en el eslalon, es más elevada, pero el encuentro con los obstáculos no es tan precipitado como en el eslalon. Es más fácil no ser descalificado por pasarse una puerta si se desciende a 80 kilómetros por hora, pero las puertas están cada 6 metros, que si se baja a 50, pero las tienes que negociar a 2. En cual quiercaso, dada la mayor velocidad alcanzada, es mejor utilizar esquís más largos que en eslalon. Se consigue así más seguridad en giros y curvas también más amplias, pues se podría producir la caída o el enganche si al bajar tan deprisa no se tiene tiempo de recuperar la posición tras el paso de una puerta.

Archivado En