XIV Juegos Olímpicos de Invierno en Sarajevo

Comenzó el arte

Afuera, en el anillo de velocidad de Zetra, contra la nieve más que contra el hielo esta vez, los patinadores luchaban con más potencia física que habilidad. Las pruebas habían tenido que aplazarse, incluso, de la mañana a la tarde, a la espera de una mejoría en el tiempo que no iba a producirse.Adentro, en el pabellón cubierto, se iniciaba una nueva exhibición artística, frente a un quinteto ya muy selecto de parejas soviéticas y norteamericanas, de los británicos Jayne Tovill y Christopher Dean.En las tres danzas obligatorias, un pasodoble, una rumba y un vals westminster, llegó el asombro d...

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Afuera, en el anillo de velocidad de Zetra, contra la nieve más que contra el hielo esta vez, los patinadores luchaban con más potencia física que habilidad. Las pruebas habían tenido que aplazarse, incluso, de la mañana a la tarde, a la espera de una mejoría en el tiempo que no iba a producirse.Adentro, en el pabellón cubierto, se iniciaba una nueva exhibición artística, frente a un quinteto ya muy selecto de parejas soviéticas y norteamericanas, de los británicos Jayne Tovill y Christopher Dean.En las tres danzas obligatorias, un pasodoble, una rumba y un vals westminster, llegó el asombro de la mano de la empleada y el sargento de la policía de Nottingham.

Seis notas de 5,8 y dos de 5,9, en el pasodoble; 7 de 5,9 y 2 de 5,8 en la rumba y 3 de 6, la máxima puntuación, y 5 de 5,9 en el vals, premiaron ya el primer día la increíble facilidad de esta pareja británica para hacer del patinaje sobre hielo un auténtico arte. Los soviéticos Natalia Bestemianova y Andrei Bukin son magníficos. Pero la fácil perfección de Torvill y Dean no es comparable.

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