Un holandés traficante de heroina fue descubierto ahorcado en un calabozo de la policía barcelonesa

Un holandés, Paul Bernard Estevens, de 31 años, se suicidó en el interior del calabozo de la comisaría de Audiencia de Barcelona, donde se encontraba detenido desde el pasado día 9 por tráfico (le heroína, según manifestaron fuentes policiales.Según la versión policial, el hallazgo del cadáver se produjo cuando un policía nacional que vigilaba los calabozos fue a buscar un bocadillo para el preso. Cuando el vigilante regresó encontró el cuerpo de Paul Bernard con un trozo de manta anudada al cuello, mientras el otro extremo estaba atado a la mirilla de la puerta. A pesar de los esfuerzos de la...

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Un holandés, Paul Bernard Estevens, de 31 años, se suicidó en el interior del calabozo de la comisaría de Audiencia de Barcelona, donde se encontraba detenido desde el pasado día 9 por tráfico (le heroína, según manifestaron fuentes policiales.Según la versión policial, el hallazgo del cadáver se produjo cuando un policía nacional que vigilaba los calabozos fue a buscar un bocadillo para el preso. Cuando el vigilante regresó encontró el cuerpo de Paul Bernard con un trozo de manta anudada al cuello, mientras el otro extremo estaba atado a la mirilla de la puerta. A pesar de los esfuerzos de la policía en reanimarle, el detenido murió por asfixia. Su cuerpo fue levantado más tarde por el juez de guardia, quien ordenó el traslado del cadáver al Instituto Forense.

Según la versión policial, desde su detención, Paul Bernard había declarado constantemente no estar de acuerdo con su detención, a pesar de que le fueran incautados unos gramos de heroína y unas piedras preciosas, y que nunca aceptaría ser enviado a presidio.

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