Los 100.000 millones de la discordia

Las negociaciones de la última semana sobre el reparto de los 261.000 millones de pesetas en deuda pública a corto plazo (seis meses o un año), que bancos y cajas se comprometieron a comprar durante lo que resta de año, entraron ayer en su recta final. Unos querían dejar a las otras cerca de 50.000 millones de pesetas más de lo que suscribirán al final (por encima de 118.500 millones), mientras las cajas pretendían comprar 50.000 millones por debajo de esta cantidad.La primera propuesta de la banca consistió en quedarse con 86.753 millones de pesetas y de jar a las cajas 174.152 millones. Se b...

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Las negociaciones de la última semana sobre el reparto de los 261.000 millones de pesetas en deuda pública a corto plazo (seis meses o un año), que bancos y cajas se comprometieron a comprar durante lo que resta de año, entraron ayer en su recta final. Unos querían dejar a las otras cerca de 50.000 millones de pesetas más de lo que suscribirán al final (por encima de 118.500 millones), mientras las cajas pretendían comprar 50.000 millones por debajo de esta cantidad.La primera propuesta de la banca consistió en quedarse con 86.753 millones de pesetas y de jar a las cajas 174.152 millones. Se basaba en que, del incremento de depósitos de clientes en el primer semestre del año, sólo ha conseguido el 56,4%, mientras que sus competidoras han capta do el 43,6' %. Frente a estas pretensiones, la oferta inicial de las cajas era que debían tenerse en cuenta los recursos ajenos totales, no el incremento del primer semestre, que les es favorable. Pretendían, por tanto, quedarse con 83.665 millones (un 35,9%) y dejar a la banca 167.240 millones (el 64,1%). Argumentaban, principalmente, que comparativamente tienen más certificados de regulación monetaria que la banca, por la naturaleza de su clientela, y que entre CRM y pagarés absorben la tercera parte que ocupan en el sistema financiero. Durante el proceso de negociación se perfilaron otras dos propuestas, sobre las que se pronunciaron ayer tarde, por separado, la patronal bancaria y las 80 cajas. La primera distribuye por mitades las nuevas suscripciones de pagarés, sin tener en cuenta los vencimientos. Asigna a las cajas 130.453 millones y a la banca 130.452. Pero ha sido considerada inaceptable por las cajas de ahorro, que han preferido la segunda.

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Ésta, no rechazada en su integridad por la patronal bancaria y que servirá para alcanzar el pacto, según las impresiones recogidas a primera hora de la noche, pretende que a finales de año cajas y bancos mantengan pagarés en proporción a sus recursos ajenos. Supone que la banca debe quedarse con 142.439 millones y las cajas 118.466 millones (el 54,6% y el 45,4%, respectivamente. Así, a finales de año, cada grupo tendrá respectivamente 288.474 y 161.563 millones.

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