Leticia Herrera, primera 'vedette' de Cuba

Ha recorrido el mundo con Tropicana, pero nunca ha visto un espectáculo de cabaré no cubano

Leticia Herrera tiene 31 años, camino de los 32 y calcula que aún le quedan 10 más de ser la primera vedette de Cuba. Actualmente actúa en el Casino de Sant Pere de Ribes, a unos 30 kilómetros de Barcelona. Pese a que con el grupo Tropicana, el primer espectáculo cubano de cabaré, ha dado la vuelta al mundo, no ha visto nunca un cabaré no cubano. De las artistas de este género se confiesa admiradora de Josephine Baker, de quien tiene noticia por fotografías y publicaciones.

La primera subida a un escenario de Leticia Herrera fue una experiencia amarga: "Tenía que cantar y, cuando llegué...

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Leticia Herrera tiene 31 años, camino de los 32 y calcula que aún le quedan 10 más de ser la primera vedette de Cuba. Actualmente actúa en el Casino de Sant Pere de Ribes, a unos 30 kilómetros de Barcelona. Pese a que con el grupo Tropicana, el primer espectáculo cubano de cabaré, ha dado la vuelta al mundo, no ha visto nunca un cabaré no cubano. De las artistas de este género se confiesa admiradora de Josephine Baker, de quien tiene noticia por fotografías y publicaciones.

La primera subida a un escenario de Leticia Herrera fue una experiencia amarga: "Tenía que cantar y, cuando llegué al escenario, el miedo era tan grande que salí corriendo. No sé lo que pasó porque no me paré a mirar hacia atrás". De eso hace bastante tiempo. Leticia Herrera tenía entonces ocho o nueve años y estaba "en los pioneros". Unos años más tarde decidió bailar. Cursó solicitud de entrada en la Escuela Nacional de Arte para las especialidades de ballet y danza contemporánea y aprobó los dos exámenes. "Me decidí por la danza porque yo iba dispuesta a todo y a los 18 años no podía aspirar a todo en el ballet, para eso hay que empezar de más chiquitita".Pasó dos años estudiando danza, tras los cuales ingresó como bailarina en el Conjunto Nacional de Danza Moderna de Cuba (hoy, Danza Nacional de Cuba). En el grupo estuvo dos años. De ahí saltó al Conjunto Floklóric Nacional de Cuba, donde permaneció cuatro años más. Un verano, cuando los artistas de Tropicana estaban de vacaciones -"porque en aquel tiempo Tropicana daba vacaciones a toda la compañía durante un mes y en ese tiempo se formaba el espectáculo con gente de otros grupos, no como ahora, que hacemos las vacaciones por turnos"-, actuó en Tropicana y se quedó. Desde entonces es la primera vedette indiscutible, "la primera tras la revolución".

Leticia es la artista que más cobra de Tropicana y también de todos los artistas de cabaré de Cuba. El sistema de sueldos de los artistas recuerda el convenio de cualquier gran empresa. Se dividen los espectáculos según su categoría, y, dentro del espectáculo, según la función. Tropicana es un cabaré del grupo uno, y la categoría de Leticia, de primera bailarina. Pero cuando llegó a Tropicana las cosas no eran así. Abandonar el conjunto folklórico no representó aumento de sueldo para ella, sólo "posibilidades de hacer más cosas". En Tropicana canta y baila números típicos de este tipo de espectáculo y uno "que para bailarlo hay que haber hecho danza moderna". Se trata del baile de la serpiente, uno de los números cumbres del espec táculo actual, inspirado en la tradición de los esclavos negros, cantado en la lengua arará.

El montaje de Tropicana cuesta anualmente 1.300.000 pesos cubanos (unos 270 millones de pesetas) y produce unos ingresos de 1.200 millones de pesetas anuales. "Eso se debe a que es un lugar de paso obligado para cualquier turista que vaya a Cuba, incluidos los je fes de Estado". La bailarina re cuerda al ex presidente de México José López Portillo, y a un buen número de presidentes africanos. Asistir a Tropicana es también un premio para obreros que se distingan por su producción, quienes acuden en autocares con pancartas. Cuando se le pregunta si Fidel Castro ha ido a Tropicana, responde que no quiere mezclar política y cabaré, pero que le parece que no.

A los casi 32 años es la vedette indiscutible de Cuba y cree que puede aguantar aún unos 10 años más en el cabaré. Luego quisiera dedicarse al cine como actriz de películas no musicales. Ignora cuál es la diferencia entre el tipo de espectáculo de Tropicana y los cabarés occidentales, ya que, pese a haber recorrido medio mundo, nunca ha visto ninguno. El director del grupo, presente a lo largo de la entrIvista, afirma que, cuando terminen el contrato, la llevará al mejor cabaré de Barcelona.

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