Cartas al director

¿Cambiar la rosa?

Puedo escuchar en mi entorno que hasta los más ardientes defensores del partido del Gobierno solicitan alguna que otra medida de carácter popular que les permita presentarla a la opinión como un prolegómeno de lo que más tarde vendrá.Casi un año lleva el PSOE en el Gobierno, y hasta ahora sus fieles pedían calma y alucinaban desentrañando el significado de mínimos gestos, guiños y contracciones de cigomáticos de los dirigentes instalados en el Gobierno.

Es posible que ya se puedan ir valorando actitudes frente a promesas y compromisos electorales, dejando a un lado justificaciones de pr...

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Puedo escuchar en mi entorno que hasta los más ardientes defensores del partido del Gobierno solicitan alguna que otra medida de carácter popular que les permita presentarla a la opinión como un prolegómeno de lo que más tarde vendrá.Casi un año lleva el PSOE en el Gobierno, y hasta ahora sus fieles pedían calma y alucinaban desentrañando el significado de mínimos gestos, guiños y contracciones de cigomáticos de los dirigentes instalados en el Gobierno.

Es posible que ya se puedan ir valorando actitudes frente a promesas y compromisos electorales, dejando a un lado justificaciones de propaganda. Y soy de la opinión de que el PSOE no lo está haciendo tan mal como dicen algunos catastrofistas, sino más o menos bien, pero en un sentido y con una dirección muy diferente de la que sus acólitos desean.

Por todo esto, y con ánimo de armonizar aún más con su electorado, me permito sugerirle al equipo de imagen del partido que, así como la actualización a los tiempos presentes hizo necesario -en su reconversión- tirar por la borda el lastre de su ortodoxia marxista, deberían cambiar la rosa del anagrama por una alcancía. /

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