McEnroe-Lendl y Curren-Lewis, semifinales inéditas

Wimbledon ya tiene completados sus cuadros de semifinalistas en las competiciones individuales. Ayer se ganaron el pase John McEnroe (EE UU, 2) y Kevin. Curren (Suráfrica, 12), que vencieron, respectivamente, a Alexander Mayer (EE UU) y Tim Mayotte (EE UU, 16). Así, el viernes jugarán la semifinales masculinas McEnroe ante Ivan Lendl (Checoslovaquia, 3) y Curren ante Chris Lewis (Nueva Zelanda). Hoy se juegan las semifinales femeninas, que enfrentan por un lado a Martina Navratilova (EE UU, 1) con Ivonne Vermaak (Suráfrica) y por el otro a Andrea Jaeger (EE UU, 3) con Billie Jean King (EE UU, ...

Wimbledon ya tiene completados sus cuadros de semifinalistas en las competiciones individuales. Ayer se ganaron el pase John McEnroe (EE UU, 2) y Kevin. Curren (Suráfrica, 12), que vencieron, respectivamente, a Alexander Mayer (EE UU) y Tim Mayotte (EE UU, 16). Así, el viernes jugarán la semifinales masculinas McEnroe ante Ivan Lendl (Checoslovaquia, 3) y Curren ante Chris Lewis (Nueva Zelanda). Hoy se juegan las semifinales femeninas, que enfrentan por un lado a Martina Navratilova (EE UU, 1) con Ivonne Vermaak (Suráfrica) y por el otro a Andrea Jaeger (EE UU, 3) con Billie Jean King (EE UU, 10), en el partido que más expectación ha despertado este año en Wimbledon.

John McEnroe no tuvo serios problemas ante el mayor de los Mayer. La diferencia en el tenis sobre hierba cuando se enfrentan dos jugadores con buen servicio se nota en el resto, y en este golpe McEnroe es un maestro. Tan sólo pasó dificultades en el segundo set, en el que Mayer llevó ventaja de 2-0, pero al final McEnroe acabó ganando por 6-3, 7-5 y 6-0. McEnroe ganó puntos magistrales con un golpe muy difícil de realizar, el lob liftado que se detenía a sólo unos centímetros de la línea de fondo.Ese lob lo va a tener que utilizar ante Lendl, su próximo rival, que ha demostrado haberse adaptado a la hierba. La última vez que se enfrentaron, en Dallas, ganó McEnroe en el quinto set por 7-6 (era un torneo de la WCT que permite el tie-break en el set final). Lendl, que se enfadó con McEnroe en aquel partido, prometió golpearle con la bola si le provocaba en su próximo partido. Para McEnroe lo más peligroso es que Lendl siempre le ha ganado cuando ha estado en plena forma, y ahora Lendl está al cien por cien.

El último en conseguir el pase para la semifinal fue Curren, que venció a Tim Mayotte por 4-6, 76 (7-4), 6-2 y 7-6 (8-6). Mayotte Regó a tener ventaja de 5-4 en el segundo set y 5-2 en el tercero, y con el servicio en su poder, y falló. Le entró el miedo a ganar, tan común en los tenistas que no están en la elite acostumbrada a la presión de las finales. El mismo miedo a ganar que atenazó a Curren en el tie-break definitivo, con 6-3 a su favor, cuando desperdició tres match ballas antes de ganar.

Duelo a 'cañonazos'

Mayotte y Curren tuvieron un auténtico duelo a cañonazos. Los jueces de línea tenían que estar pendientes de controlar el juego y evitar que las bolas, convertidas en balas, les hiciesen daño. Tanto Curren como Mayotte tienen el mismo juego. Un potente servicio, apoyado en su gran altura -1,80 metros de Curren y 1,90 de Mayotte-, restos con los ojos cerrados -ya es suficiente tocar la bola- y voleas al lado opuesto del rival.

Hoy se juegan las semifinales de las chicas. Navratilova debe ganar con la misma facilidad que ha tenido hasta ahora a la surafricana Vermaak. Navratilova no ha cedido ningún set. Sus resultados son impresionantes: de diez set jugados, ha ganado uno por 6-0, cuatro por 6-1, dos por 6-2, dos por 6-3 y uno por 7-6.

La otra semifinal es más tierna. Andrea Jaeger, una adolescente de 18 años, con un juego agresivo, se enfrentará a una mujer que podría ser perfectamente su madre, Billie Jean King, de 39 años. No hay favorita, aunque los espectadores se pondrán al lado de King. Una victoria de Billie Jean no sería extraña. Este año en Wimbledon está demostrando que posee todos los golpes, la fuerza física necesaria para aguantar tres set, y la inteligencia para aplicar la mejor táctica. Ver jugar a Billie Jean es una gozada. Ni un sólo golpe es igual al anterior.