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Alfonso Guerra

fue galardonado en la noche del lunes con el Premio Limón, que anualmente concede la peña periodística Primera Plana, en un acto celebrado en un hotel madrileño de Rumasa. "Se han equivocado", comentó Guerra. "Ahora, cuando me entreguen el premio, les voy a poner rojos a todos". Y la amenaza fue cumplida a los postres, cuando dijo: "Estos de Primera Plana querían apuntarse al cambio: le han dado la naranja a la mujer de¡ presidente y no les ha quedado más remedio que dar el lirnón al vicepresidente. Yo me preocupo poco de la imagen y dedico más tiempo a trabajar Otros lo hacen al revés y así l...

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fue galardonado en la noche del lunes con el Premio Limón, que anualmente concede la peña periodística Primera Plana, en un acto celebrado en un hotel madrileño de Rumasa. "Se han equivocado", comentó Guerra. "Ahora, cuando me entreguen el premio, les voy a poner rojos a todos". Y la amenaza fue cumplida a los postres, cuando dijo: "Estos de Primera Plana querían apuntarse al cambio: le han dado la naranja a la mujer de¡ presidente y no les ha quedado más remedio que dar el lirnón al vicepresidente. Yo me preocupo poco de la imagen y dedico más tiempo a trabajar Otros lo hacen al revés y así les va". Carmen Romero, esposa de Felipe González, fue la otra gran protagonista de la fiesta A ella le había tocado el premio a la simpatía y a las buenjas re laciones con la Prensa -en contraposición al simbolismo que ejerce la acritud del limón- y mantuvo constante mente la sonrisa en los labios en medio de la nube de fotógrafos que la acosaban. Hizo hincapié en la importancia de la fluidez de la relaciones con la Prensa y en la amabilidad. Y en un aparte, su pregunta-afirmación: "Yo creo que este premio me lo he ganado por propios méritos, ¿no?".Los Premios Naranja y Limón correspondientes al mundo del espectáculo fueron para Concha Velasco y para Pedro Ruíz, que por estar actuando en Zaragoza envió a Jesús Hermida para que recogiera su premio. La nota de color la puso Alaska -vestido negro, uñas negras, pelo rojo-, y Bibí Andersen se encargó de entregar otro premio especial a Julián Reizábal, dueño de salas como Windsor o Xenon, por su Iabor creadora de espectáculos".

Terminó la cena y todos departieron alegremente en las últimas horas de la noche. Había otras caras conocidas, como Antonio Gala, Lina Morgan o Pepe Sancho, pero el centro de atención fue siempre Alfonso Guerra, pletórico de optimismo, que cuando en un corrillo le hablaron de que la banca estaba demasiado contenta con la expropiación de Rumasa, aseguró: "Están disimulando. No les queda más remedio... Además, yo soy como una abejita. Así me pinta Peridis".

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