Santillana derrota al Madrid en el ultimo segundo

Eran poco más de las 21.30 horas de la noche cuando los aficionados, que abarrotaban el Palau Blaugrana, recuperaban la esperanza que hacia muchos minutos habían perdido. La salida de la cancha de Corbalán, y algunos balones que favorecieron las acciones barcelonistas, ponían el partido en las manos de Santillana. Restaban tantos segundos de posesión de balón, como de partido. Era la gran oportunidad. Santillana, que hacía muchos minutos era el único que arriesgaba, logró la canasta. Sus dos puntos, daban paso al primer desempate de la historia de la Liga nacional de baloncesto. El Palau era u...

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Eran poco más de las 21.30 horas de la noche cuando los aficionados, que abarrotaban el Palau Blaugrana, recuperaban la esperanza que hacia muchos minutos habían perdido. La salida de la cancha de Corbalán, y algunos balones que favorecieron las acciones barcelonistas, ponían el partido en las manos de Santillana. Restaban tantos segundos de posesión de balón, como de partido. Era la gran oportunidad. Santillana, que hacía muchos minutos era el único que arriesgaba, logró la canasta. Sus dos puntos, daban paso al primer desempate de la historia de la Liga nacional de baloncesto. El Palau era un clamor: "Santillana, Santillana, Santillana".Para llegar a este final habían sucedido muchas cosas. El Barcelona empezó muy nervioso, como casi siempre en estos partidos de responsabilidad. El Madrid, que marcó distancias desde el principio, tomó una cómoda ventaja (4-11). La defensa individual del Barcelona, no se podía comparar con la de Lolo Sairiz. Era una zona 12-2 con los aleros muy flotantes, muchas ayudas a los pivots, y relevos entre estos. A veces parecía que Corbalán o Delibasic presionaban a su par.

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La primera reacción local significó el empate a once. Serra cambiaba los marcajes de Starks y De la Cruz, el primero cogía a Romay y el segundo a Martín. Esto, apoyado en los pocos aciertos de Iturriaga, daban ventaja al Barcelopna (31-25), cuando entraba el indestructible Brabender. La reacción no se hacia esperar, el Madrid, que dominaba el contrataque, daba la vuelta al marcador y acababa los primeros veinte minutos con un contundente 36-45.

En el descanso la mayoría de los aficionados locales presagiaban un nuevo desastre. Los propios directivos no eran capaces de apostar por su equipo. Serra repetía equipo y los marcajes iniciales en la reanudación. El Madrid a lo suyo: una defensa impecable, difícil de explicar al lector y de entender para el contrario. El partido estaba casi perdido, cuando a los cuatro minutos y con once puntos en contra (40-51), Serra decide jugar la baza de la experiencia. Santillana y Flores entran en cancha. El Palau parece desaprobar la decisión del técnico con un largo murmullo. Los mal llamados abueletes se convertirían en salvadores, una vez más.

En principio no se arregla nada. Y cuando los colegiados, muy particulares en sus apreciaciones en este segundo período, deciden anular una canasta del bravo Flores y señalarle personal en ataque, parece el fin. Corbalán sigue sumando personales, y el Barcelona decide presionar. Cae Romay. El reloj parece inexorable. Cuatro minutos para el final y 65-75 para el Madrid. La quinta personal de un desafortunado Sibilio parece cortar la reacción blaugrana. Con el adiós de Corbalán, el partido entra en un imprevisible y dramá tico final. Falta un minuto y cuarenta segundos. El marcador sigue siendo blanco: 75-79.

De pronto, el Barcelona roza lo que minutos antes parecía un milagro (78-79). Ahora los nervios son blancos. El Madrid empieza a fallar, cuando tenía a su rival derrotado. Las personales del Madrid no entran y Santillana es el líder de un Barça irreconocible. El empate a ochenta llega a falta de cincuenta segundos, marcando el punto culminante del encuentro. El Madrid tiene la pelota, pero no la confianza en la victoria, que está en los siete mil barcelonistas que abarrotan el Palau. Delibasic, que había estado sobrio y excepcional, lanza en posición forzada. El rebote lo recoge Santillana. El Barça tiene el triunfo en la mano, pero falta lo más difícil, encestar. El empate también hace campeón al Madrid. La pelota parece quemar. Algunos eluden la responsabilidad. Al fin, el balón vuelve a Santillana que, sobrio, seguro, desde la posición de base lindando la zona contraria, lanza y encesta limpiamente.

No hay tiempo para nada más. Santillana y Flores han sido los héroes. Las supuestas figuras del Barga no han brillado. El público invade la pista. Santi no puede contener la emoción. El, que tantas veces ha sido humillado en este Palau, ha salvado la temporada. Si todo es normal habrá desempate. Los aficionados recordaban gozosos a la salida, sin importarles el frío, que el Barcelona ha ganado siempre al Madrid, en los últimos años, cuando se ha jugado a un sólo partido y en campo neutral.

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