Dos jóvenes de Valladolid se declaran autores de dos asesinatos

José Carlos Bravo de Lamo y José Carlos Ramos Mateo, estudiantes vallisoletanos de dieciocho y dieciséis años respectivamente, se han confesado autores de los asesinatos del taxista Salvador Sampedro de Dios, ocurrido el 5 de diciembre, y de Severino García García, empleado de una gasolinera en Herrera de Pisuerga (Palencia), hecho acaecido el 21 del mismo mes. Ambos jóvenes se entregaron voluntariamente en el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, cuyo titular, tras tomarles la correspondiente declaración, ordenó su ingreso en prisión.

Según sus palabras, los dos jóvenes es...

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José Carlos Bravo de Lamo y José Carlos Ramos Mateo, estudiantes vallisoletanos de dieciocho y dieciséis años respectivamente, se han confesado autores de los asesinatos del taxista Salvador Sampedro de Dios, ocurrido el 5 de diciembre, y de Severino García García, empleado de una gasolinera en Herrera de Pisuerga (Palencia), hecho acaecido el 21 del mismo mes. Ambos jóvenes se entregaron voluntariamente en el Juzgado de Instrucción número 1 de Valladolid, cuyo titular, tras tomarles la correspondiente declaración, ordenó su ingreso en prisión.

Según sus palabras, los dos jóvenes estudiantes pidieron a Salvador Sampedro que les condujera a Salamanca. Al preguntarles el taxista si llevaban dinero para abonar el viaje, uno de ellos le asestó un navajazo en el cuello que le produjo la muerte. Después, metieron el cuerpo en el maletero del coche, llevaron el cadáver hasta un camino situado en el término de Boecilo, a quince kilómetros de Valladolid, y simularon un accidente. En el vehículo se trasladaron a Salamanca, donde sustrajeron varias armas en un chalé. Con ellas ocasionaron la muerte, quince días después, de Severino García, empleado de una gasolinera en Herrera de Pisuerga (Palencia), quien recibió dieciocho disparos. Los dos jóvenes le robaron 15.000 pesetas y viajaron más tarde a Santander, donde sufrieron un accidente que originó la hospitalización de uno de ellos.

La Guardia Civil, que ha llevado el caso, considera al parecer que los dos presuntos asesinos se han entregado voluntariamente porque sabían que las principales sospechas recaían sobre ellos.

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