Tribuna:

Hermida debe dimitir

El Colectivo de Deportes del PSOE, que no ganó las oposiciones a la plaza de secretario de Estado para el Deporte, ha conseguido colocar a uno de sus hombres, Daniel Romero, en la Dirección de Deportes. Ha sido la primera gestión política, con mano izquierda, de Romá Cuyás. Tener peleas internas hubiera sido un mal negocio. Finalizada la etapa de las presiones y del tráfico de influencias, se avecina la del trabajo. Romá Cuyás, pese a que todavía no ha compuesto su equipo definitivo, se ha entregado ya a la misión de evitar que se produzcan parones en las funciones del departamento.Para Cuyás ...

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El Colectivo de Deportes del PSOE, que no ganó las oposiciones a la plaza de secretario de Estado para el Deporte, ha conseguido colocar a uno de sus hombres, Daniel Romero, en la Dirección de Deportes. Ha sido la primera gestión política, con mano izquierda, de Romá Cuyás. Tener peleas internas hubiera sido un mal negocio. Finalizada la etapa de las presiones y del tráfico de influencias, se avecina la del trabajo. Romá Cuyás, pese a que todavía no ha compuesto su equipo definitivo, se ha entregado ya a la misión de evitar que se produzcan parones en las funciones del departamento.Para Cuyás existe como primera tarea de armonización conseguir que Jesús Hermida imite a Jaime López Amor y abandone el Comité Olímpico. Jaime López Amor tuvo una actitud dignísima al dimitir de su puesto en el COE. Consideró que su elección estuvo mediatizada por la influencia del puesto que ocupaba, y dijo adiós. Jaime López Amor podría ser hombre recuperable en el futuro. Hermida, desde el CSD se plantó una buena salida. Para el Comité Olímpico previó el traspaso de 1.806 millones de pesetas y la dirección del deporte de alta competición. Con esos dineros y las tareas más brillantes para sí, no iba a ser su cese en el CSD un descabalgamento.

La operación de Hermida supondría, para el actual equipo dirigente, una merma importante en sus tareas. El CSD, con ese condicionamiento, iba a quedar convertido en un ente prácticamente burocrático. El deporte no es precisamente eso. No se puede pedir "reconocido prestigio" para el secretario de Estado, y convertirle en un espectador.

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