Hoy, día de la Constitución

Los nacionalistas vascos del PNV y Euskadiko Ezkerra matizan su posición sobre la norma fundamental

En Euskadi ningún partido de ideología nacionalista propugnó, el 6 de diciembre de 1978, el voto positivo a la Constitución. Las posturas oscilaron entonces entre el voto negativo, solicitado por Euskadiko Ezkerra, y la abstención, defendida por el PNV. Cuatro años después, algunos pronunciamientos recientes de estas fuerzas parecen dar a entender que su postura sería hoy mucho más matizada.

El diputado nacionalista Migo Aguirre acaba de declarar que la existencia de leyes como la de Armonización del Proceso Autonómico demuestra que, pese a sus virtualidades en el terreno de las lib...

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En Euskadi ningún partido de ideología nacionalista propugnó, el 6 de diciembre de 1978, el voto positivo a la Constitución. Las posturas oscilaron entonces entre el voto negativo, solicitado por Euskadiko Ezkerra, y la abstención, defendida por el PNV. Cuatro años después, algunos pronunciamientos recientes de estas fuerzas parecen dar a entender que su postura sería hoy mucho más matizada.

El diputado nacionalista Migo Aguirre acaba de declarar que la existencia de leyes como la de Armonización del Proceso Autonómico demuestra que, pese a sus virtualidades en el terreno de las libertades individuales y colectivas, la Costitución no garantiza suficientemente las aspiraciones vascas en el terreno nacional. No obstante, el programa electoral del PNV para el 28-O se inicia con un firme compromiso "de defensa del sistema democrático" y el reconocimiento de la Constitución como una norma "que aportaba unos elementos de cambio democrático que suponían una transformación positiva sobre el sistema anterior y servía como punto de partida para recuperar la autonomía".

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Por su parte, el presidente de Euskadiko Ezkerra, Juan María Bandrés, aun manteniendo globalmente sus reservas de hace cuatro años, ha declarado varias veces que la aprobación del estatuto de Guernica supuso la reconsideración y superación de hecho de algunas de las limitaciones en el terreno nacional que determinaron el voto negativo de su partido en 1978. En igual sentido, Bandrés acaba de declarar que, "un desarrollo honrado, hasta sus últimas consecuencias, de la Constitución, puede constituir, junto al estatuto, un marco aceptable para la mayoría de los vascos y capaz de posibilitar la normalización de Euskadi.

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