Garaikoetxea y Felipe González acompañaron a Ramón Rubial en el entierro de su esposa

El jefe del Gobierno autónomo vasco, Carlos Garaikoetxea, y el secretario general del PSOE, Felipe González, acompañaron ayer, junto a muchos otros dirigentes socialistas y políticos e intelectuales vascos, al presidente del Partido Socialista, Ramón Rubial, en las honras fúnebres en memoria de la esposa de este último, Emilia Cachorro, fallecida la víspera en Bilbao.Un centenar de coronas y ramos de flores de otras tantas agrupaciones socialistas y federaciones del sindicato socialista UGT fueron depositadas junto al túmulo mortuorio.

En su breve parlamento, Carmen García Bloise record...

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El jefe del Gobierno autónomo vasco, Carlos Garaikoetxea, y el secretario general del PSOE, Felipe González, acompañaron ayer, junto a muchos otros dirigentes socialistas y políticos e intelectuales vascos, al presidente del Partido Socialista, Ramón Rubial, en las honras fúnebres en memoria de la esposa de este último, Emilia Cachorro, fallecida la víspera en Bilbao.Un centenar de coronas y ramos de flores de otras tantas agrupaciones socialistas y federaciones del sindicato socialista UGT fueron depositadas junto al túmulo mortuorio.

En su breve parlamento, Carmen García Bloise recordó los valores- humanos personificados en la familia Rubial y rindió homenaje a las virtudes de la fallecida, Emilia Cachorro, cuya "honestidad, abnegación y bondad", dijo, son un ejemplo de las cualidades humanas que los socialistas quisiéramos ver convertidas en símbolo del futuro de nuestro país". El acto finalizó con un minuto de silencio, guardado con gran emoción por el millar de personas asistente.

Emilia Cachorro López, nacida en Santander, en 1910, conoció a Rubial en 1934, poco antes de que éste, miembro entonces de las Juventudes Socialistas y de la Federación Metalúrgica de UGT, fuera detenido por primera vez. Tras la guerra civil se casaron por poderes, en 1944, siete años después de la segunda detención de Ramón Rubial. Durante diecinueve años, Emilia Cachorro, que fue depurada tras la guerra civil de su puesto de funcionaria del Ministerio de Agricultura, recorrió todas las cárceles de España, visitando a su marido. Su reencuentro no se produjo hasta el 23 de agosto de 1956, día en el que, tras haber sido el preso polítíco que pasó más tiempo de manera ininterrumpida en las cárceles franquistas, Ramón Rubial abandonó el penal de El Dueso.

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