Tribuna:

A toro pasado

Llevamos tres jornadas de Liga y no menos de tres escándalos arbitrales. A partir de hoy los jueces balompédicos españoles se reúnen en Madrid, entre otras cosas, para unificar criterios. A lo pasado, la cebada al rabo. José Plaza, presidente del cuerpo, antiguamente llamado de trencillas, se ha marcado un nuevo tanto.A los árbitros se les va a someter a reconocimiento físico y médico. Quiere esto decir que si alguno de ellos no hubiera estado en condiciones de dirigir partidos, puesto que ya lo ha hecho, no hay nada que rascar. La organización arbitral es una maravilla. A mí lo que me parece ...

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Llevamos tres jornadas de Liga y no menos de tres escándalos arbitrales. A partir de hoy los jueces balompédicos españoles se reúnen en Madrid, entre otras cosas, para unificar criterios. A lo pasado, la cebada al rabo. José Plaza, presidente del cuerpo, antiguamente llamado de trencillas, se ha marcado un nuevo tanto.A los árbitros se les va a someter a reconocimiento físico y médico. Quiere esto decir que si alguno de ellos no hubiera estado en condiciones de dirigir partidos, puesto que ya lo ha hecho, no hay nada que rascar. La organización arbitral es una maravilla. A mí lo que me parece excesivo es desplazar a Miguel Pérez a Madrid, cuando lo que necesita es visitar al doctor Barraquer, que lo tiene al lado de casa.

Plaza impartirá doctrina, pero, como siempre, los grandes problemas del arbitraje quedarán para mejor ocasión. Por ejemplo, seguiremos sin saber los parámetros que definen los ascensos y descensos de los colegiados y los que califican para la internacionalidad.

El colectivo arbitral no solamente está desamparado ante los clubes, sino ante la propia cúpula de su organismo. Plaza es hombre habilidoso y mantendrá su chapucería siempre. Son escasos los árbitros dispuestos a pedirle explicaciones. Quienes lo hacen o se enfrentan a él, conocen perfectamente su destino. Durante dos días los hombres que dirigen la primera división estarán sometidos al estrés que impone la presencia del jefe. Molestar poco y preguntar menos da buenos resultados.

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