Eugenio Nasarre sustituye a Robles Piquer en RTVE

El número 13

Desde aquel 28 de octubre de 1956 en que el centro emisor de Televisión Española salpicaba, entre discurso y discurso de Gabriel Arias Salgado y de Jesús Suevos, una programación -la primera- de Tiempo de coros y danzas, han pasado 26 años y 13 directores generales.El primer responsable máximo de la casa fue el falangista Jesús Suevos, que era sustituido meses más tarde, en abril de 1957, por José María Revuelta, un hombre de confianza de Gabriel Arias Salgado, quien, según Antonio de Senillosa, entendía la televisión "como un arma magnífica para conducir al cielo a más almas de español...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Desde aquel 28 de octubre de 1956 en que el centro emisor de Televisión Española salpicaba, entre discurso y discurso de Gabriel Arias Salgado y de Jesús Suevos, una programación -la primera- de Tiempo de coros y danzas, han pasado 26 años y 13 directores generales.El primer responsable máximo de la casa fue el falangista Jesús Suevos, que era sustituido meses más tarde, en abril de 1957, por José María Revuelta, un hombre de confianza de Gabriel Arias Salgado, quien, según Antonio de Senillosa, entendía la televisión "como un arma magnífica para conducir al cielo a más almas de españoles". Arias Salgado luchó para que Franco instalara en el cargo a Revuelta, que, sin embargo, iba a durar poco, para dejar paso a otro hombre más duro e inflexible, Roque Pro, que trabajaba con una pistola sobre la mesa, al alcance de la mano. Fue el creador del complejo de Prado del Rey, idead3 en principio como una fortaleza de la que el temperamental Pro decía querer "echar a todo ese atajo de mangantes que, sin pegar golpe, se llevan más dinero al mes que cualquier honrado coronel".

Más información

El sustituto de Pro, nombrado ya por Fraga Iribarne, fue Jesús Aparicio Bernal, que desempeñó la dirección general hasta 1970, durante seis años, lo que iba a ser un récord de permanencia, ya que sus sucesores -incluido Adolfo Suárez- fueron cayendo, uno tras otro, antes de cumplir los tres años en el cargo, y muchos de ellos, a los nueve meses de su nombramiento, como si de un embarazo se tratase. Tal es el caso de Castedo, entre enero de 1981 a octubre del mismo año, y el de Robles Piquer, nombrado el 24 de octubre del pasado año y que ha dimitido cumplidos, como Castedo, los nueve meses en el puesto.

Otros directores generales fueron, sin embargo, más fugaces, como Rafael Orbe Cano, que sucedió a Suárez en noviembre de 1973, nombrado por Carrero Blanco, y que fue destituido meses más tarde, después de la muerte en atentado del almirante. Es el momento de Juan José Rosón (seis meses), de Jesús Sancho Rof (un año) y de Gabriel Peña Aranda (ocho meses), que dejan paso a Rafael Ansón (1976-1978), y a Fernando Arias Salgado (1978-1981), los hombres de las elecciones en Prado del Rey.

Los dos directores generales que siguen, Fernando Castedo y Robles Piquer, forman parte de una transición preparatoria de las elecciones que vienen y que estánal caer.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Archivado En