Cartas al director

Fraga y el contubernio de Munich

Leí hace unas semanas unas declaraciones del secretario general adjunto de Alianza Popular, Guillermo Kirpatrick, en que califica la retirada que hicimos los socialistas durante su intervención oral en los actos conmemorativos del contubernio de Munich, celebrados en Barcelona, como un acto de provocación, comportamiento incivilizado y muestra de resentimiento político.Vayamos por partes. De provocación, nada. Sabe Kirpatrick que, horas antes del acto -en mi calidad de secretario general de la entidad organizadora, o sea, el Movimiento Europeo Español-, le puse en c...

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Leí hace unas semanas unas declaraciones del secretario general adjunto de Alianza Popular, Guillermo Kirpatrick, en que califica la retirada que hicimos los socialistas durante su intervención oral en los actos conmemorativos del contubernio de Munich, celebrados en Barcelona, como un acto de provocación, comportamiento incivilizado y muestra de resentimiento político.Vayamos por partes. De provocación, nada. Sabe Kirpatrick que, horas antes del acto -en mi calidad de secretario general de la entidad organizadora, o sea, el Movimiento Europeo Español-, le puse en conocimiento de que si hablaba iba a producir una reacción en contra por parte del público. Ya que éste iba a estar, fundamentalmente, formado por quienes fuimos reprimidos por lo del contubernio, y el hecho de que el partido, absolutamente personalizado en uno dé los represores de entonces, don Manuel Fraga Iribarne, hoy se encarame al acto recordatorio dela represión, eso sí que parecía provocar. No hizo caso y nos levantamos, no sólo socialistas, sino otras varias personas: entre ellas las viudas de Dionisio Ridruejo y de Ignacio Aldecoa, señores Miralles y Piniés, etcétera.

Pensar que en los socialistas hay resentimiento cuando estamos en aquello por que luchábamos, que era la democracia, es algo absurdo. Es más, nos reconforta mucho que los dictatoriales de entonces se hayan convertido (quizá porque la coyuntura cambió, o quizá por un proceso interno), en actuales demócratas. Todos contentos y todos a defenderla.

Pero con un cierto pudor. Fraga no sólo no hizo nada al llegar a ministro, tras el contubernio, por mitigar las sanciones, que duraron un año más, sino que se jactó ante toda la Prensa europea de que así los confinados y exiliados se podían librar de las "justas iras del pueblo español". Si fuésemos cómplices de la impudicia, por la cual Fraga chupe rueda ahora de la conmemoración en calidad de víctima, haríamos un flaco servicio al pueblo español, mareado por tanta impostura.

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Es mejor hacer ver que hoy sí -si es que van a defender la democracia- estamos juntos en ello. Pero no revueltos. / (secretario general del Consejo Federal Español del Movimiento Europeo).

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