Cartas al director

Las Malvinas y el aborto

El contencioso entre el Reino Unido y Argentina, drásticamente resuelto por este país invadiendo el archipiélago, va a deparar a sus habitantes un dichoso privilegio, aunque, eso sí, ensombrecido quizá por una leve desventaja.Acogidas desde ahora alajurisdicción de un Gobierno fervientemente católico, cuyo presidente y ministros -¿quién lo duda?- son sumisos hijos de la Iglesia, ya no podrán cometer la nefanda tentación de abortar. Todos hemos constatado el exquisito celo que la moral y la jerarquía católica demuestran en proteger la integridad de un embrión...

Claro es que si es...

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El contencioso entre el Reino Unido y Argentina, drásticamente resuelto por este país invadiendo el archipiélago, va a deparar a sus habitantes un dichoso privilegio, aunque, eso sí, ensombrecido quizá por una leve desventaja.Acogidas desde ahora alajurisdicción de un Gobierno fervientemente católico, cuyo presidente y ministros -¿quién lo duda?- son sumisos hijos de la Iglesia, ya no podrán cometer la nefanda tentación de abortar. Todos hemos constatado el exquisito celo que la moral y la jerarquía católica demuestran en proteger la integridad de un embrión...

Claro es que si estas mismas mujeres insisten, por ejemplo, en votar en libertad coríio hacían antes pueden verse en la tesitura de pasar por las salas de tortura policial, donde les aplicarán corrientes eléctricas en los genitales o les introducirán porras de goma hasta la matriz, como ha denunciado reiteradamente Aministía Internacional, o soportarán ser violadas por perros en las ergástulas de Santa Fe o Buenos Aires, o simplemente pueden "desaparecer", como las hijas y- nietecitas de ocho años de edad de las madres de la plaza de Mayo.

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Pero ¡consuélense!, va a resultar más difícil que les abran a machetazos el vientre para arrancarles el feto, como les ha ocurrido a varias de las 32.000 víctimas de El Salvador. (Ese otro país gobernado, hasta ahora, por el católico Napoleón Duarte.)

Es más: las mujeres de las Malvinas pueden tener la suerte de que la Santa Sede aparte momentáneamente su atención de los 31 mineros fusilados en Polonia (todos sabemos cómo ha lacerado este caso el corazón del Santo Padre) y dirija, por mediación de su nuncio en Buenos Aires, una discreta y prudente reprimenda a sus aiitoridades iFelicitemos de corazón a las mujeres de las Malvinas!/

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