Crítica:

'Los nuevos centuriones', obra menor de Richard Fleischer

Los nuevos centuriones, película que se emite esta noche a las 10 en la segunda cadena, pertenece a la etapa de decadencia de Richard Fleischer, un director norteamericano irregular, algo pretencioso, pero que tiene en su haber algunos filmes vigorosos, que hicieron esperar de él más de lo que efectivamente llegó a hacer. Murió prematuramente y, po antes de su muerte, hizo una película que en parte le rehabilitó, El estrangulador de Boston, en la Tony Curtis una gran interpretación.Era hijo de un famoso dibujante de comics, Max Fleischer, creador de Popeye y de ...

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Los nuevos centuriones, película que se emite esta noche a las 10 en la segunda cadena, pertenece a la etapa de decadencia de Richard Fleischer, un director norteamericano irregular, algo pretencioso, pero que tiene en su haber algunos filmes vigorosos, que hicieron esperar de él más de lo que efectivamente llegó a hacer. Murió prematuramente y, po antes de su muerte, hizo una película que en parte le rehabilitó, El estrangulador de Boston, en la Tony Curtis una gran interpretación.Era hijo de un famoso dibujante de comics, Max Fleischer, creador de Popeye y de Betty Boop, circunstancia que le abrió muchas puertas, entre ellas la de Hollywood. Entró en la industria norteamericana siendo aun muy joven, lo que le sirvió para que le impusieran la etiqueta de segundo niño prodigio. El primero era Orson Welles, y ciertamente la comparación no le benefició y tardó años en reponerse de ella,Su primera película, Hijo del divorcio, procede de 1946 y es un melodrama sin pena ni gloria, pero un poco abrupto para las tragaderas habituales de la censura de los estudios en materia familiar. Hay que llegar a 1952 para descubrir las posibilidades de su talento en la rara y muy estimable The Narrow Margin, inédita en España, y, sobre todo en Sábado violento, de 1954, su mejor película y una de las incursiones más serias del cine de los Estados Unidos en las raíces de la violencia en ese país.

Los nuevos centuriones es una película de encargo, en la que Fleischer se permitió algunas libertades de estilo, que en nada beneficiaron al producto final.

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