Escasas posibilidades de que se modifique la ley Electoral en esta legislatura

La modificación de las vigentes normas electorales no es probable que se produzca antes de las próximas elecciones generales, ya que los grandes partidos, y particularmente Unión de Centro Democrático (UCD) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), temen que la bola de nieve de la nueva ley electoral, una vez en marcha, pueda perjudicar la actual hegemonía de los aparatos de los partidos en el proceso electoral. La iniciativa centrista de la que es autor Jesús Esperabé de Arteaga, cuya finalidad es que las listas para el Congreso no sean bloqueadas, no es probable que prospere, según fuentes...

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La modificación de las vigentes normas electorales no es probable que se produzca antes de las próximas elecciones generales, ya que los grandes partidos, y particularmente Unión de Centro Democrático (UCD) y Partido Socialista Obrero Español (PSOE), temen que la bola de nieve de la nueva ley electoral, una vez en marcha, pueda perjudicar la actual hegemonía de los aparatos de los partidos en el proceso electoral. La iniciativa centrista de la que es autor Jesús Esperabé de Arteaga, cuya finalidad es que las listas para el Congreso no sean bloqueadas, no es probable que prospere, según fuentes parlamentarias solventes.

La proposición de ley elaborada por Esperabé antes de su salida de UCD, (producida en septiembre de 1981, si bien continúa dentro del Grupo Parlamentario Centrista), fue entregada al portavoz del grupo, Miguel Herrero, el 14 de julio último. Con el visto bueno de éste y suscrita por dieciséis diputados -el reglamento exige un mínimo de quince-, fue entregada en la secretaría del Congreso el pasado 27 de noviembre.Según manifestó a EL PAIS Jesús Esperabé, mediante su proposición de ley se evitaría el gran mal que amenaza a las próximas elecciones: la abstención. «Se puede pedir al elector que se pronuncie por uno u otro partido, pero siempre que le dejes opción para que pueda decidir sobre unos u otros candidatos de la lista del partido», señaló. «De lo contrario», añadió, «se produce un atraco al elector a cargo de las oligarquías de los partidos, que, en el caso del PSOE, controla Guerra, y, en el caso de UCD, ha controlado hasta ahora Suárez.

La filosofía de la proposición es mantener el sistema de listas elaboradas por los partidos, pero se reconoce al votante el derecho de elegir a las personas. La proposición de ley -que corrige los artículos 20, 55, 64, 66 y 69 del vigente Decreto-ley sobre Normas Electorales de 18 de marzo de 1977- establece que los partidos o coaliciones deberán presentar doble número de candidatos de los puestos de diputados a cubrir en cada circunscripción, y que el elector podrá votar, como máximo, el mismo número de candidatos que puestos a cubrir.

"Revolución" electoral

Siguiendo un ejemplo práctico, si en Madrid corresponden 32 diputados, cada lista tendría que ofrecer 64 candidatos (según las actuales normas tendría que presentar 32) y el elector podría votar entre 1 y 32 candidatos (actualmente sólo son válidas las papeletas que opten por una lista completa de votos, sin alteraciones). Esperabé hizo notar a este penodico que el orden de las listas de diputados quedaría, según su propuesta, de acuerdo con las votaciones obtenidas, y no como ahora, con la prelación establecida por los aparatos de los partidos. «Esto significaría una revolución, de la que serían protagonistas los electores, y víctimas no los partidos, sino sus aparatos», sentenció el veterano parlamentario por Salamanca.No es probable que se promueva ninguna otra iniciativa legislativa que pueda desencadenar una reforma con el alcance de la propuesta por Esperabé. El secretario de Estado para la Información, Ignacio Aguirre, anunció el pasado 13 de noviembre la inmediata remisión por el Gobierno a las Cortes de un nuevo proyecto de ley electoral, por otra parte exigido por mandato constitucional. Nada ha vuelto a saberse de ese proyecto de ley ni de su elaboración. Por su parte, los socialistas no han querido tomar la iniciativa en esta materia, «porque no tenemos la seguridad de poder sacar adelante una ley cuyo contenido no sea más perjudicial para nosotros que las vigentes normas», según declaró a EL PAIS un destacado dirigente socialista.

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