Tribuna:

Inmenso error

El Real Madrid ha renunciado a estar representado oficialmente en la Federación Española de Fútbol por un período de cuatro años. Durante ese tiempo, el Barcelona ocupará la primera vicepresidencia. Durante cuatro años estará al margen del primero de los poderes futbolísticos. A partir de ahora tendrá que recurrir al maquiavelismo de otros tiempos. Lo malo es que ahora no cuenta con los hombres de la etapa anterior, capaces de mover el deporte nacional a su antojo. De los cerebros de otros tiempos, en todo caso, le queda Raimundo Saporta, que está haciendo lo posible para que las obras de Cham...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El Real Madrid ha renunciado a estar representado oficialmente en la Federación Española de Fútbol por un período de cuatro años. Durante ese tiempo, el Barcelona ocupará la primera vicepresidencia. Durante cuatro años estará al margen del primero de los poderes futbolísticos. A partir de ahora tendrá que recurrir al maquiavelismo de otros tiempos. Lo malo es que ahora no cuenta con los hombres de la etapa anterior, capaces de mover el deporte nacional a su antojo. De los cerebros de otros tiempos, en todo caso, le queda Raimundo Saporta, que está haciendo lo posible para que las obras de Chamartín resulten gratis.El Madrid le ha dejado el campo libre al Barcelona. La teoría de que no existan en la Federación representantes de los clubes debería ser adoptada, porque ello representaría una medida profiláctica no desdeñable. No obstante, mientras se mantenga la actual estructura y no exista la liga profesional, una entidad como el Madrid no debe autoeliminarse.

El presidente madridista se ha mantenido en sus trece respecto a la salida de tono del sevillista Montes Cabeza. Pero sorprende esa actitud inflexible cuando no la ha mantenido con otros colegas que han dicho cosas peores. Para Pablo Porta la situación es delicada. Vino a la Federación bendecido por Samaranch y Saporta y ahora tiene la enemiga del club que le protegió. Más problemas aún para su discutida gestión. La guerra contra Pablo Porta tiene ahora un nuevo frente. Tiempo atrás hubiera supuesto su derrota definitiva.

Archivado En