Petronor aprueba el plan de inversiones para su nueva planta en Somorrostro (Vizcaya)
El comité ejecutivo de Petronor aprobó ayer el plan de inversiones y financiación previsto en la construcción de una planta de refino, tipo FCC, en sus instalaciones de Somorrostro (Vizcaya), con una capacidad de procesamiento de 40.000 barriles diarios de petróleo. La planta, la mayor que se instalará en nuestro país dentro del plan de reconversión de las refinerías españolas, con unas inversiones del orden de los 38.000 millones de pesetas, corre el riesgo de tener un excedente de capacidad importante, según estiman expertos del sector.
La construcción por Petronor de esta refinería, ...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
El comité ejecutivo de Petronor aprobó ayer el plan de inversiones y financiación previsto en la construcción de una planta de refino, tipo FCC, en sus instalaciones de Somorrostro (Vizcaya), con una capacidad de procesamiento de 40.000 barriles diarios de petróleo. La planta, la mayor que se instalará en nuestro país dentro del plan de reconversión de las refinerías españolas, con unas inversiones del orden de los 38.000 millones de pesetas, corre el riesgo de tener un excedente de capacidad importante, según estiman expertos del sector.
La construcción por Petronor de esta refinería, que incorpora el sistema de ruptura del crudo conocido como fluid craking catalitic, se ha visto inmersa en la fuerte polémica que existe en el sector petrolero español sobre el actual excedente de capacidad de refino que poseen las empresas del ramo. Este exceso de capacidad es un hecho hoy y puede ser mayor una vez que entren en funcionamiento las nuevas plantas FCC y, a la vez, se liberalice el mercado con la adhesión a la CEE, lo que permitirá la entrada de compañías extranjeras en el mercado doméstico de productos petrolíferos.Algunos expertos señalan que Petronor, que persigue colocar en el mercado nacional entre 20.000 y 25.000 barriles diarios de crudo refinado de sus instaciones en Somorrostro, no tendrá más remedio que vender los 15.000 ó 20.000 barriles adicionales dentro de España si sus planes de exportación al mercado europeo chocan con la saturación que a, su vez experimenta éste.
El tamaño de la planta FCC de Petronor ha sido un tema de discusión entre los socios españoles y mexicanos que integran la sociedad. Aunque las posiciones han ido cambiando, la decisión de ir adelante en la construcción de la planta parece ser responsabilidad de Pemex, el socio mexicano, que desea tener una base de refino en España con vista a la exportación de productos petrolíferos al mercado europeo. La estratégica localización de la refinería de Somorrostro facilita teóricamente estos planes.
La refinería de Petronor, sin embargo, se ha sumado a los programas de reconversión del resto de refinerías españolas anunciado, sin incluir a la empresa norteña, el 26 de mayo de 1980 por el ministro del ramo. La decisión de Petronor ha sumido al resto de las refinerías en serias dudas sobre el riesgo implícito que existe de que se cree en nuestro país un nuevo monstruo de refino que supere la capacidad de consumo de la economía española.
La posición de los responsables energéticos en este punto, sin embargo, ha sido expuesta a todas las compañías interesadas, a las que se ha anunciado que no se va a reconocer una mayor cuota de mercado de la que existe. En este sentido se ha matiza do que se considera nefasto el reparto de cuotas según la capacidad nominal de refino, y, por tanto, los planes de reconversión, si van unidos a la amplicación de la capacidad, pueden convertirse en bombas de tiempo.
En otro orden de cosas, las refinerías españolas ya están sufriendo en su propia piel los problemas del exceso de la capacidad que tienen. Según expertos del sector, las nueve refinerías españolas estarían funcionando, en la actualidad, a un 60% de su capacidad, estimada ésta en unos 70 millones de toneladas anuales de crudo.
La fuerte caída en el consumo de petróleo, no sólo en España, sino en los mercados potenciales, junto a los planes de energías alternativas en marcha, han incidido sobre el normal funcionamiento de las refinerías, algunas de las cuales se encuentran en una situación financiera no muy boyante.