Cartas al director

Lo que consume el ferrocarril

EL PAIS publicó el pasado día 29, en su sección económica, un extenso y documentado trabajo del economista J. Rodríguez de Pablo bajo el título "Consumo y política económica". En dicho informe hay algunos aspectos que juzgamos interesante matizar. En concreto se señala que, "por los datos disponibles, parece que el ferrocarril ha elevado sus consumos específicos".Pues bien, esta afirmación no se corresponde con la realidad. El consumo específico del ferrocarril, expresado en kilocalorías por tonelada-kilómetro bruta remolcada, ha descendido constantemente, pasando de 61,8 en 19 75 a 52,1 en 19...

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EL PAIS publicó el pasado día 29, en su sección económica, un extenso y documentado trabajo del economista J. Rodríguez de Pablo bajo el título "Consumo y política económica". En dicho informe hay algunos aspectos que juzgamos interesante matizar. En concreto se señala que, "por los datos disponibles, parece que el ferrocarril ha elevado sus consumos específicos".Pues bien, esta afirmación no se corresponde con la realidad. El consumo específico del ferrocarril, expresado en kilocalorías por tonelada-kilómetro bruta remolcada, ha descendido constantemente, pasando de 61,8 en 19 75 a 52,1 en 1980. Ello es consecuencia de la progresiva extensión de las electrificaciones y de la racionalización de los programas de transporte. Renfe realiza en este sentido un esfuerzo muy serio por disminuir sus consumos específicos y afianzar la posición del ferrocarril como el medio de transporte más económico desde el punto de vista energético.

Junto a un menor consumo específico, el ferrocarril presenta la ventaja de poder consumir energía eléctrica -puede ser independiente de las importaciones de petróleo- y poder consumirla en horas valle. Es por ello que en los últimos años se ha aumentado de forma notable el consumo de energía eléctrica por Renfe, si bien ello no debe conducir a la errónea conclusion de que han aumentado los consumos específicos, ya que paralelamente se ha disminuido de forma muy acusada el consumo de fuel y gasóleo para la tracción, reduciéndose a cero en el primero de estos combustibles.

Querríamos puntualizar finalmente que si bien es cierto que en los años 1978 y 1979 el ferrocarril ha visto disminuir sus tráficos, en 1980 y 1981 se ha observado un aumento muy notable, especialmente por lo que se refiere al transporte de viajeros, que en este período viene alcanzando tasas de crecimiento del 6% anual acumulativo./

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Jefe del Gabinete de Información y Relaciones Externas de Renfe.

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